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Una manera diferente de alcanzar el éxito
“Si no tienes metas claras y bien definidas, estarás siempre ‘condenado’ a trabajar para aquellos que sí las tienen.” – Brian Tracy
¿Alguna vez pensaste en llegar a ser una persona existosa? ¿Qué te gustaría lograr si ganaras un millón de dólares o tan solo te quedasen seis meses de vida? Si nos ponemos a pensar en tanto dinero, tal vez nuestra mente pierda el sentido divagando en todo lo que podríamos alcanzar. Por otro lado, nos esforzamos por hacer todo aquello que no hicimos durante un largo período de tiempo, sistematizándolo en unos cuantos meses – aquellos que supuestamente nos resta de vida.
Teniendo estos dos puntos como inicio, podríamos preguntarnos: ¿cómo aplicar esto a nuestro ritmo diario de trabajo? Y es donde aterrizamos a la realidad. Antes de comenzar el día, es importante que te preguntes lo siguiente: ¿quién soy yo?, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿qué es lo que quiero lograr? Esto te servirá de base para descubrir tus logros, no solo dentro del ámbito personal – familiar, sino también en el lado profesional.
Estamos acostumbrados a trabajar como máquinas que obedecen a un sistema paramétrico, en el que las iniciativas propias quedan relegadas ante un hábito tradicional de la masa. Sin embargo, podemos rescatar dos características principales de este sistema: la organización y la planeación. En el día a día, realizar tareas que no están planificadas, genera sentimientos negativos de frustración y estrés, por el simple hecho de que es muy complicado alcanzar un objetivo si no existe un previo plan de acción. Nos referimos esencialmente a escribir cada paso que vas a seguir para llegar a tu meta. Podrías pensar que es una tarea primariosa, pero lo que no sabes es que por más simple que parezca, elaborar una lista te ayudará a no perder la dirección y te servirá para analizar qué es lo más importante y menos importante, con el único fin de delegar tareas o eliminar aquellas que no incrementarán tu productividad.
En muchas ocasiones, solemos decir que el subconsciente es una pieza clave en nuestra vida: es el que aparentemente ‘saca a la luz’ todo aquello que conscientemente no somos capaces de decir o hacer por algún motivo. Y aunque es un cliché muy utilizado en la vida social, podemos también aplicarlo a nuestro trabajo. ¿Te has puesto a pensar en qué pasaría si organizas tus tareas laborales una noche anterior y simplemente las colocas en una lista? Al momento de dormir, el subconsciente es el que actúa con el fin de despertar con el ‘insight’ que no se asomó cuando debió; esas nuevas ideas que se desarrollaron mientras dormías, harán que tu día sea más productivo. Y es aquí cuando se nos presenta un nuevo dilema: ¿qué impacto tendrá este nuevo ‘insight’ en la tarea que realizaré hoy y cómo me ayudará en el futuro?
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