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Noticia sobre atentado terrorista contra una de las fábricas del empresario Favre y su respuesta a los terroristas de Sendero Luminoso
Autor: Congresista Carlos Bruce Fuente: Diario Expreso
La inesperada partida de este peruano ejemplar a sus 65 años es momento propicio para rendir homenaje a su espíritu solidario, valiente y emprendedor como ejemplo para los que creemos en la libre iniciativa y creatividad empresarial como fórmula eficaz para promover el progreso y desarrollo del país. Un ejemplo a seguir para tantos peruanos emprendedores que nuestro país necesita.
Su emprendimiento perseverante juvenil hace 40 años, lo llevó a Julio a infundir tantas energías a su incipiente empresa para ser capaz de sobrevivir a la reforma agraria del velascato y otras épocas duras como la crisis inflacionaria de los ochentas así como del terrorismo que asoló nuestro país. La recompensa de su esfuerzo denodado fue el éxito empresarial reconocido en el sector de producción de alimentos con enormes perspectivas de expansión en distintos rubros conexos.
Su valor para defender a su patria hizo que Favre enfrentara al terrorismo senderista arriesgando su vida, al apoyar la instalación de una base antisubversiva en su empresa de espárragos. Y es que era consciente de la terrible amenaza que representaba para el país este flagelo genocida.
Posteriormente, fue su liderazgo empresarial y su empatía con sectores y gremios empresariales de distinto tamaño que lo llevó a asumir la presidencia de la Asociación Peruana de Avicultura, así como la presidencia de la Confiep en el 2001 en la que desempeño una labor destacada. Fue desde aquí donde afloró con más nitidez su espíritu solidario y de búsqueda de la concordia nacional, al hacer que esta institución empresarial participara en la conformación del Acuerdo Nacional, y mostrara su solidaridad en la ayuda generosa a los damnificados del terremoto del sur del Perú en 2001.
Por si esto fuera poco, su amor y espíritu de servicio a su país lo llevó a comprometerse como funcionario público desde la dirección de Forsur para asistir a los damnificados del terremoto del 2007 enfrentando las deficiencias del Estado sin renegar ni rendirse, poniendo lo mejor de su parte. Toda una vida la de Julio Favre dedicada a promover el desarrollo de su país generando riqueza y empleo mediante el apoyo a la libre iniciativa creadora de los peruanos emprendedores. Una vida que ha dejado de existir dejando un enorme vacío entre los que compartieron con él, pero que vivirá en la memoria de los ganadores. Mis sinceras condolencias a sus seres queridos. Que en paz descanse.