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MOVADEF: Cuestiones del socialismo

13/11/2012 16:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

P Or Diego Alarcón Donayre image

Tiempos pintorescos son estos en que los socialistas despotrican contra el terrorismo. Es más, algunos curiosamente adjudican el resurgimiento del terrorismo comunista al "neoliberalismo imperante". Se están agudizando las contradicciones, pues. ¿Qué de cierto hay en decir que nuestro sistema político-económico es culpable de este rebrote criminal? Hay mucho, en verdad; pero, ¿esto es producto del capitalismo 1? Mejor: ¿Cuál ha sido el "sistema imperante" en los últimos 15 años?

¿Es ésta una sociedad libre, capitalista, verdaderamente liberal, como se nos vende? No, señores. El nuestro es un país mercantilista, un híbrido que sólo varía para hacerse más chic o más conservador. Pero nada más. ¿Se puede hablar de una sociedad verdaderamente capitalista cuando en ésta la propiedad es un privilegio, el mercado es libre sólo para algunos y las instituciones son un cuento? En efecto, nuestro país no es sino tan solo una caricatura de sociedad libre.

Ahora bien; siguiendo el ánimo costumbrista de buscar culpables, urge preguntarnos quiénes son los responsables del rebrote senderista. Pues bien, la búsqueda sólo sería eficiente si enfocamos nuestra lupa a aquellos que hoy se hacen los desentendidos y también, paradójicamente, a los que con mayor ferocidad critican al "sistema".

Días atrás, revisando algunos periódicos, encontré un artículo que llamó mi atención, y no por lo bueno. En éste se decía algo que, creo, es bastante erróneo: «Sólo una Izquierda democrática (...) puede vencer el rebrote senderista » . Recortando algunos autoelogios, la idea central de este artículo es que hoy, como no hicieron ayer, el socialismo "democrático" vencerá al terrorismo comunista.

¿Qué tan cierto es esto?, ¿puede la socialdemocracia o el conservadurismo vencer a sendero? Para responder estas preguntas, señores, planteo una hipótesis que de seguro causará molestia e incomodidades en algunos: Es muy difícil, casi imposible, que los partidos políticos actuales, de Izquierdas o de Derechas, puedan vencer al neo-senderismo.

En estos días se ha estado pidiendo, desde diversas trincheras políticas, abrir el debate ideológico con Sendero. Bastante confiados y sobrevalorando sus capacidades e "ideologías", los políticos piden debatir con los muchachitos de MOVADEF. Temo, sin embargo, que tal debate no podrá ser. El terrorismo no debate, no discute, para eso están las armas; no hay mejor argumento, para los terroristas, que un balazo, un coche-bomba o una torre eléctrica derrumbada. Pero temo algo más. No quisiera que esto se entienda como una exaltación intelectual al marxismo, ni como una sobrevaloración de las capacidades de los jóvenes de MOVADEF; pero temo, les decía, de algo más: Si tal debate existiera, los partidos políticos peruanos no tendrían oportunidad, perderían. Nos gusté o no, el socialismo es una doctrina muy desarrollada, que se ha acorazado de forma impresionante contra las críticas que se le han hecho, que ha encontrado "justificaciones" para todos sus errores. Tejidos de falacias o no, el socialismo, y sus formas de propaganda, tiene ventaja ante cualquier agrupación política en los jóvenes.

Se dice que la gran mayoría de jóvenes de esta generación son dueños de una apatía política peligrosa. Y no hay por qué negarlo. Sin embargo, esto no se debe esencialmente, como la opinión del stablishment profesa , al "poder mediático". No, no es ni la TV basura, ni la falta de lectura, ni la falta de cultura lo que mueve, principalmente, esa apatía. ¿Qué ha pasado entonces?, ¿por qué hoy los jóvenes ya no tienen la misma afición política de generaciones pretéritas? Pues bien, esto se debe, curiosamente, al crecimiento económico y demográfico de los últimos años. Quiérase o no, el crecimiento económico de nuestro país es un fenómeno como no ha existido otro en años. Bonanza no era para el Perú sino una utopía, tiempo atrás. Así, el crecimiento económico lo que ha producido es un mayor individualismo en las personas, especialmente en los jóvenes, y no está mal, es lo normal. Los órdenes extensos tienden a producir normalmente personas individualista, pues las condiciones económicas necesitan de una mayor preocupación individual para que el orden pueda existir. Para entender lo dicho anteriormente, resulta completamente correcto lo dicho por Hume: «En las sociedades de superior tamaño tan "noble" 2 sentimiento (como es la generosidad) , en vez de fomentar la convivencia, casi le resulta perjudicial y llega a transformarse en el más ciego de los egoísmos » . Así, el resultado de la bonanza económica de los últimos años, es que nuestra generación sienta una menor preocupación por lo político, pues tal cosa como "lo político" presupone una preocupación no individual, sino una preocupación por cómo debería organizarse la sociedad. Las generaciones de décadas pasadas, en donde era casi un imperativo moral estar en un partido político, sentían más propia la preocupación por la problemática social, y esto porque los niveles de pobreza, inseguridad, etc. eran tales que los jóvenes no podían vivir esquivos a tales fenómenos. Hoy, en cambio, a esta generación, que ha recibido un país que, aún con muchas deficiencias e injusticias propias de un híbrido sistema que está más cerca de un mercantilismo criollo que de una sociedad libre, un país, decía, en bonanza y con menores problemas si se compara, por ejemplo, con el Perú del 80, la política le resulta, en cierto sentido, una preocupación superflua y poco beneficiosa.

Lo antes expuesto parece ser ignorado por la clase política actual. Curiosamente, ese desprecio por lo político que sienten muchos jóvenes también se debe a un anacronismo representativo de los partidos existentes. Quieren, pues, seguir haciendo política tradicional3, sin entender que la sociedad peruana cambió, que ya no es aquella mojigata que estaba acostumbrada a ser la última de Latinoamérica. No. El emprendimiento de muchos peruanos ha creado un dinamismo económico sin precedentes; son estos peruanos los que ya no están conformes con tener un poco de plata para comer y tener una vida mínimamente digna, sino que quieren comerse el mundo, exportando sus productos, buscando estudios fuera del país, etc. Son estos peruanos los que no tienen representación, y son estos, curiosamente, esa clase media que se está haciendo mayoría en nuestro país. Lo que sucede, sin embargo, es que, al no encontrar una opción política que defienda sin complejos estos principios que tanto crecimiento han producido, terminan apoyando a cualquier socialdemócrata que, por lo menos, no la joda tanto, como dicen. Este sector de la población, que se va haciendo mayoría, termina desencantada de los políticos y de los partidos y, por ello, se termina fomentando un desprecio o apatía por lo político. Resultan especialmente correctas las palabras de Norberto Bobbio: «El precio que se debe pagar por el "compromiso" 4 de pocos es frecuentemente la indiferencia de muchos ». 5

Todo nos lleva a pensar, entonces, que el avance de Sendero es inevitable. Sin embargo, eso no es así. La progresía peruana podrá advertir que lo dicho en este artículo es propio de un catastrofismo fascista. No obstante, ya nos ha pasado que, por la excesiva indulgencia, cuando no ingenuidad, la realidad ha terminado, literalmente, explotándonos en la cara. ¿Qué hacer?, preguntarán algunos. Lo primero por decir es que, efectivamente, se necesita una lucha ideológica. Pero hay que entender bien el significado de lucha o combate. Para la existencia de un combate, de un enfrentamiento, se necesitan dos posiciones contrarias, adversas; no puede existir, por lo tanto, un enfrentamiento entre dos partes que convergen en lo mismo, quizás no de forma, sino de fondo. Pegaran el grito al cielo los socialdemócratas y los conservadores que entiendan que los estoy comparando con Sendero. Urge entonces hacer algunas precisiones. Lo contrario al socialismo no es el mismo socialismo; no se puede luchar contra el socialismo con más socialismo. Y es que el socialismo no se diferencia por si hay formas "violentas" o "democráticas". El socialismo se mide por grados de violencia, pues todo socialismo es violento, coactivo; nunca voluntario, siempre impuesto. De Derechas, que los hay, o de Izquierdas, el socialismo, ya sea de forma democrática o no, siempre es violento. ¿O acaso el "inofensivo" gobierno chavista, que se jacta por ser el paradigma de democracia, no es violento, represivo? Todas las formas de socialismo, democrático, revolucionario, de derechas o de izquierdas, resultan siempre ser violentos. Por lo mismo, el resultado invariable de todos los experimentos socialistas es siempre el fracaso. Así pues, ese verdadero adversario ideológico de Sendero Luminoso no es la socialdemocracia que impera en los partidos actuales, tampoco el conservadurismo reaccionario, sino el liberalismo.

Se ha dicho que en el 90 la derrota de sendero es obra solamente de las Fuerzas Armadas. Sin desmerecer tan heroica labor, creo que, además de la estrategia militar, en gran medida la lucha contra el terrorismo resultó victoriosa porque surgieron las ideas liberales como no se había visto antes. El surgimiento de estas ideas provocó un verdadero fenómeno social, rompiendo con mitos, y, como nunca antes, generando el apoyo a las ideas defensoras del capitalismo, lo que desembocó en el apoyo a las reformas que, aunque con errores, liberalizaron la economía. Hoy, sin embargo, no hay discurso alguno que sea verdadero defensor de estos principios. Existen, eso sí, muchos partidos que aceptan que el crecimiento económico es importante, que las reformas económicas de libre mercado funcionan; no obstante, por sus propias cegueras ideológicas no pueden entender, verdaderamente, cómo el libre mercado genera desarrollo, progreso, igualdad y crecimiento. En el 90, el Estado era el mal necesario; hoy, en cambio, es el mercado ese "mal" necesario.

En síntesis, en la medida en que no surja una opción política que represente a esa mayoría silenciosa, a esa clase media emprendedora; en la medida, pues, en que no surja un discurso que defienda al capitalismo sin los complejos propios de la incoherencia socialdemócrata; en la medida, en fin, en que no surja un discurso liberal, es más probable que el avance de Sendero Luminoso siga, imparable. Así, lo necesario para derrotar al terrorismo es un verdadero adversario ideológico. Es más, no sólo se necesitan liberales, sino liberales con coraje, que se compren el pleito. Es muy poco lo que pueden hacer los liberales con complejos "progres". De esos liberales ya existen muchos, y, como pueden ver, el resultado sigue siendo el mismo: Sendero o, para no ser reduccionista, el socialismo avanza. [i]
[i] 1 Por capitalismo me refiero al capitalismo de libre mercado. 2 Las comillas son mías. 3 Entiéndase la política tradicional como la política criolla de los 70 o los 80. 4 Las comillas son mías. 5 Bobbio, Norberto. El Futuro de la Democracia. México: FCE, 2001, p.33.


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catarsisyharakiri.blogspot.com
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