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El gran negocio de la espiritualidad
Bueno ni tan nuevo, pero de que es un negocio es un negocio. Del Yoga al Feng Shui, pasando por el Shiatzu y por el Tai Chi Chuan, todo lo que se relaciona con equilibrio del cuerpo y de la mente y el bienestar parece destinado al éxito.
La búsqueda de productos y servicio ligados a las filosofías orientales crece cada día, no solo en América Latina sino también en otras partes del mundo, por cuenta, principalmente, de la vida agitada en las grandes ciudades.
Esto porque las personas están siempre en busca de productos y servicios que les ayuden a conducir las tareas cotidianas de forma más tranquila, lo que estimula los más diferentes tipos de negocio.
El estadounidense Deepack Chopra, por ejemplo, cobra 25 mil dólares por conferencia, y está siempre con la agenda llena y sus libros ya han vendido millones en todo el mundo. Chopra es un estudioso del Ayurveda, la medicina milenaria hindú, que utiliza aromaterapia y yoga, entre otras técnicas orientales.
El estadounidense Deepack Chopra, por ejemplo, cobra 25 mil dólares por conferencia
Lilian Too, experta en Feng Shui, se ha convertido en millonaria enseñando las técnicas de estas antiguas costumbre china a través de los diversos libros publicados. Igual pasa con la cantidad de adivinos, consultores y lectores de cartas que han salido en esta parte del mundo, con su respectivo programa de televisión, que han terminado millonarios a cuenta de la credulidad de la gente.
Sin contar las miles de tiendas especializadas que venden los productos relacionados con estas prácticas, aun si quien las atiende es practicante o no, estas tiendas son un verdadero negocio, pues venden de todo y no se especializan en nada en particular excepto por lo esotérico de la mercancía.
Los empresarios y ejecutivos están entre las personas que en los últimos años vienen buscando servicios como el Yoga, la meditación, el Tai Chi Chuan y la aromaterapia. Muchas personas se han convertido en practicantes de estas técnicas orientales y han terminado siendo empresarios. Lo cierto es que el negocio crece, crece y crece y por ahora no se vislumbra que haya una crisis allí.