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"Lo importante no es ganar, sino competir", (Atenas, 1896). Han pasado 124 años y los Juegos en Rio reunirán a 10.500 deportistas de 206 países, compitiendo en 306 pruebas de 42 modalidades
En 1892, el barón francés Pierre de Coubertin tuvo la idea de recuperar los Juegos Olímpicos en la era moderna y, para ello, creó dos años más tarde el Comité Olímpico Internacional (COI). "Lo importante no es ganar, sino competir", consideraba el fundador, que vio su sueño cumplido en Atenas-1896, cuando se celebró la primera cita del nuevo tiempo. Han pasado 124 años desde su idea y los Juegos son ahora un evento gigante, que en Rio reunirá a 10.500 deportistas de 206 países, compitiendo en 306 pruebas de 42 modalidades.
Ha tenido que pasar más de un siglo, desde que Atenas albergó los primeros Juegos de la era moderna en 1896, para que Sudamérica organice la primera fiesta olímpica de su historia. El honor será para Rio, una de las múltiples joyas del continente americano.
El cálculo de la asistencia, pronosticado por el Comité Río 2016 tal vez se pasara de ambicioso. En Londres 2012, los extranjeros compraron aproximadamente un 25% de los 8, 5 millones de entradas; poco, pero hubo competiciones, las más populares, como los 100 metros de atletismo, con Usain Bolt como estrella, en las que prácticamente la mitad del público procedía de fuera. En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el 70, 6% de los asientos lo ocuparon chinos. Solo el 16, 5% de las ventas fueron internacionales, según datos de la candidatura, descartando las entradas destinadas a las federaciones y los patrocinadores.
Falta un mes para el comienzo del evento deportivo más grande del mundo y Brasil paece afirmarlo con seguridad: estamos completamente listos para recibir los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que serán los primeros en realizarse en Sudamerica. Ya fue inaugurada la Villa Olímpica, que recibirá a la mayor parte de los 17.000 atletas que participarán en uno de los escenarios más hermosos de Río de Janeiro. Las instalaciones deportivas, en especial el Parque Olímpico, en Barra da Tijuca, también fueron ya entregadas.
El país preparó un sólido programa de seguridad, que contará con 85.000 profesionales de distintas fuerzas del Gobierno federal, estatal y municipal, para garantizar que la fiesta deportiva se lleve a cabo en un ambiente de total tranquilidad y paz. Esa fuerza actuará de manera integrada para asegurar la protección de los atletas, comisiones técnicas, jefes de Estado, autoridades, turistas, residentes y periodistas.
No será la primera vez que Brasil muestra al mundo su capacidad de organización y recepción acogedora de los visitantes. En los últimos años, el país ha acumulado experiencia en megaeventos de nivel internacional. Fue sede del Mundial, los Juegos Panamericanos, los Juegos Mundiales Militares, la Jornada Mundial de la Juventud y la Copa Confederaciones. Todos alcanzaron un éxito global, ejecutados con competencia, responsabilidad y con la alegría propia de los brasileños. Brasil pretende repetir ese éxito una vez más.
Los Juegos pretenden mostrar una nación con una democracia consolidada y una de las principales economías del planeta tierra.
También, una nación con democracia consolidada y una de las principales economías globales. Un país con un gran potencial para los negocios y también referente en políticas de reducción de la desigualdad.
Río de Janeiro recibirá cientos de miles de turistas nacionales y extranjeros durante los Juegos. Las otras cinco Ciudades del Fútbol —San Pablo, Salvador, Manaos, Brasilia y Belo Horizonte— estarán también repletas de aficionados brasileños y extranjeros. Ser anfitriones de un evento de esta magnitud es en sí un orgullo para el pueblo brasileño y un motivo de satisfacción nacional. Es importante destacar que el 60% de las inversiones en las instalaciones, que totalizan 7.070 millones de reales, han sido financiadas por el sector privado. Y los recursos y empeño aplicados dejarán un legado.
En primer lugar, los Juegos difunden en todo el Brasil y el mundo los valores del deporte: cooperación, solidaridad, disciplina y superación. En el plano más concreto, también dejan como herencia para los brasileños una red nacional de entrenamiento, con excelentes instalaciones en las cinco regiones del país destinadas tanto a la iniciación deportiva como al alto rendimiento.
En Río de Janeiro, los Juegos han tenido un impacto importante en la ejecución de las políticas públicas. La ejecución de distintos proyectos de infraestructura y movilidad en la ciudad fue acelerada, ampliada ya que la posibilitaba el hecho de ser la sede del evento. Se espera un beneficio directo de esas acciones sobre la calidad de vida de los habitantes.
En las últimas semanas, difundieron por el mundo la posibilidad de ocurrencia de brotes de enfermedades tropicales durante la competición.
No se puede garantizar que el riesgo de que ocurran casos del virus zika sea totalmente inexistente. Médicamente se han tomado medidas.
Lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud, que es prácticamente inexistente el riesgo de que ocurran casos del virus zika durante los Juegos. ¿Demasiado? El invierno en el hemisferio sur registra históricamente bajísimos índices de enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti. Los casos de zika han disminuido drásticamente en las últimos tiempos en Brasil y en Río. Se recuerda que, en la Copa Mundial de Fútbol de 2014, cuando 1.400.000 visitantes extranjeros fueron a Brasil, hubo un pronóstico de epidemia que nunca se produjo. El área de salud contará con un ambiente propicio para los turistas durante los Juegos.
Brasil está preparado para recibir a todos los visitantes que tendrán el placer de seguir de cerca las competiciones que reúnen a la elite de los deportistas internacionales. Y, seguramente, tendrá mucho que mostrar a las 5.000 millones de personas que verán los Juegos alrededor del mundo. Brasil los espera con los brazos abiertos.
El caos del fútbol argentino ha puesto en riesgo su participación en los Juegos Olímpicos.
Detenido un hombre en Brasil por intentar apagar la antorcha olímpica, ¿Sin antorcha no hubiera habido juegos? La llama olímpica fue encendida el 21 de abril en las ruinas de la ciudad griega de Olimpia, cuna de los Juegos de la Antigüedad, y aterrizó en Brasil el 3 de mayo pasado. Desde entonces recorre los 27 estados regionales del gigante sudamericano en las manos de 12.000 de atletas, hasta que el 5 de agosto haga su emocionante entrada en el Maracaná para la apertura de los Juegos de la XXXI Olimpiada.
Aparte del reto que supone hacer del evento lo más internacional posible, el Comité Río 2016 todavía se necesita vender un 29% de las entradas que ha ofrecido. Las más caras, como las de la ceremonia de apertura, que costaban de 200 a 4.600 reales (de 61 a 1.395 dólares) están casi agotadas, pero todavía hay 1, 7 millones de entradas, que van desde los 20 reales (6 dólares) del fútbol femenino a los 900 reales (273 dólares) de las finales de gimnasia artística o baloncesto, sin comprador.
Evitar la mala imagen que da un mar de asientos vacíos durante las competiciones de inauguración, ha sido un problema crónico de todas las ediciones olímpicas anteriores. Los Juegos de Atenas se recordaron por la prensa por la enorme cantidad espacios vacíos, como también sucedió en Pekín o Londres.
A pesar del lento ritmo de las ventas, el Comité afirma que ha alcanzado más de un 90% de los 1.045 millones de reales (317 millones de dólares) en ingresos que se habían proyectado por la venta de entradas. Pero cumplir o superar las metas no evita que los organizadores sean objeto a críticas.
El Comité Olímpico de Londres 2012, que recibió elogios en su momento por su estrategia en la venta de entradas, superó en un 32% su meta de ingresos, batió el récord que, hasta entonces, estaba en posesión de Atenas 2004 y se quedó a sólo 300.000 entradas de completar aforo. Pero también fue criticado por haber perdido la oportunidad de ofrecer entradas a precios más populares, ya que había ganado millones de libras más antes del comienzo.
La potente delegación rusa está amenazada con no competir en Brasil tras descubrirse un sistema organizado de dopaje en su atletismo. Eso es una información, pero no ocurrirá. Queda todavía en el aire la participación de 68 deportistas que afirman estar "limpios".Y saldrán todos o habrá III guerra mundial.
Yuliya Stepanova, la corredora rusa especialista en 800 metros, fue quien destapó el gran escándalo del dopaje sistematizado en el atletismo de su país. Exiliada en Estados Unidos, espera la conformidad del COI para competir en los Juegos bajo bandera neutral.
Ojalá los juegos 2016 alejen tambien todas las miserias de un país de muchas caras
El país anfitrión es el gigante de Latinoamérica, el quinto Estado más grande del mundo en superficie -en él cabrían 17 Españas- y en número de habitantes: 206 millones. Tiene que ganar.
La triada fatal de este año negro para Brasil son como lo han sido antes, Corrupción, Crisis y Calamidad. El año negro comenzó sacudido por el megafraude a Petrobras, vio cómo se agravaba la recesión económica y, a poco más de un mes de los Juegos, empujó al estado de Rio a declararse casi en bancarrota. Pero no pasó nada.
Cuando Dilma Rousseff asumió su segundo mandato en enero de 2015, el ministro de Deportes afirmó que Dilma Rousseff -se consideraba la "madre" de los Juegos- pues parecía claro que la primera mujer en presidir Brasil sería la anfitriona de los Juegos de Rio. Pero la mandataria fue suspendida de su cargo el 12 de mayo, tras un año y medio lleno de turbulencias y giros inesperados y esperados, mientras el Senado le juzga junto a Lula por presunto maquillaje de las cuentas públicas y otros cinco cargos. Ahora es una invitada más.
La vida de los deportistas de élite están llenos de sacrificios y renuncias, especialmente en las disciplinas minoritarias para las que los Juegos son su única oportunidad. Ya es parte de la historia el agónico final de la maratonista suiza Gabriela Andersen en Los Ángeles-1984. Exhausta y deshidratada, la atleta recorrió los últimos metros tambaleándose y casi sin poder mantenerse en pie. Se desmayó al cruzar la meta, pero cumplió su objetivo de acabar la primera maratón femenina celebrada en unos Juegos.
El regreso del Golf a unos Juegos tras 112 años de ausencia es una de las grandes novedades de Rio-2016, junto con la vuelta de otro sport histórico como el rugby. Pero algunos de los mejores golfistas del mundo -como el número uno Jason Day o Rory McIlroy (4º)- no competirán en Rio por temor a contraer el virus del zika. ¿Quién le teme al mosquito con el stick de la OMS a la puerta?
Además de ser una de las ciudades más exuberantes del mundo, Rio de Janeiro es una tierra alegre, cuna de la samba y el carnaval, acostumbrada a recibir millones de turistas cada año, con o sin J.O. Para los Juegos, se espera que los 600.000 visitantes extranjeros se mezclen con los cariocas para asistir al mayor evento deportivo del planeta.
Uno de los retos de la organización es gestionar la pequeña ciudad de la Villa Olímpica, que en sus 31 edificios alojará a los 17.000 miembros de las 206 delegaciones participantes. Y a todos hay que darles de comer y de beber. Para eso se ha habilitado un restaurante gigante, en el que podrían aparcarse cinco Airbus A380, pero que de momento se contentará con servir sólo 210 toneladas de comida al día, en una sala de casi 7.000 plazas.
K de Katie Ledecky, campeona olímpica en los 800 metros de Londres-2012 cuando apenas tenía 15 años, la última joya de la natación norteamericana será una de las estrellas de Rio. Como aval, presenta los cinco oros -ya suma nueve en su corta carrera- que se llevó del Mundial de Kazan el año pasado.
El 2 de octubre de 2009, el presidente Lula rompió a llorar en Copenhague: Rio acababa de conquistar la designación de los Juegos-2016 y el jefazo de aquel Brasil “imparable” prometió al COI que no se arrepentiría de su decisión. El tiempo, sin embargo, atropelló a los organizadores, incluido al popular expresidente, cuya estrella se ve ahora eclipsada por la sombra de la corrupción. Pero no habrá corrupción en Brasil. Queremos decir en los Juegos.
El sistema de transporte es la gran pesadilla de los organizadores en esta recta final. Lo ha sido siempre. Tras una cadena de atrasos, la nueva línea de Metro, clave en el esquema de movilidad, sería inaugurada solo cuatro días antes de los Juegos.
N de Neymar es la estrella por la que Brasil siempre espera y sobre sus hombros cae ahora la responsabilidad de conducir a una 'canarinha' acomplejada por lograr el oro olímpico, el único gran título que le falta a la pentacampeona del mundo. Dos años después de la catástrofe de la Copa-2014, el fútbol le brinda una segunda oportunidad a la 'Selecçao' de festejar un triunfo en el mismo Maracaná que se quedó esperándole hace dos años e hizo inmortal a Pelé.
La proeza de Jesse Owens, el atleta negro que conquistó cuatro oros frente a Hitler en Berlín-1936 frente a Adolf Hitler, la Gestapo, etc… el 10 en gimnasia de Nadia Comaneci, el Dream Team de Jordan... Los Juegos son también un vivero de hazañas increíbles, únicamente al alcance de unos pocos elegidos que comparten todos la misma obsesión: colgarse uno de los 812 medallas doradas -y con un peso de casi 500 gramos- que se repartirán en Rio.
P de Phelps: el nadador más laureado de la historia olímpica disputará en Rio sus quintos Juegos. Con 18 medallas de oro, 22 en total en su currículum, A sus 31 años ya lo ha ganado todo, le ha dado tiempo a descender a los infiernos y volver, e incluso a ser padre. Ahora sólo le falta una despedida a la altura de su leyenda.
Países pequeños como San Vicente y las Granadinas, Islas Vírgenes Británicas, Tonga o Kiribati, son las cenicientas de los Juegos. Sus atletas no suelen pasar de las primeras eliminatorias pero se llevan el cariño del público, que recuerda su existencia cada cuatro años.
Entre los miles de deportistas que estarán en Rio destacan dos nadadores sirios, cinco atletas de Sudán del Sur, dos judokas de la República Democrática del Congo y un etíope maratoniano. Son los diez miembros del primer equipo de Refugiados que competirá en unos Juegos. Deportistas de élite a los que la violencia en sus países les rompió una carrera prometedora o no, y que ahora competirán bajo la bandera olímpica.
Michel Temer, el vicepresidente de Dilma Rousseff durante más de cinco años, acabó convirtiéndose en el enemigo frontal de la mandataria y uno de los arquitectos de sus desgracias. Desde mayo es el jefe de Estado en funciones de Brasil y, pese a que hay sectores que cuestionan su legitimidad, será el encargado de declarar abiertos los Juegos de Rio el 5 de agosto en el Maracaná.
Usain Bolt: el hombre más rápido del mundo tiene una cita con la historia en Rio: convertirse en el primer atleta en conseguir la tercera tripleta (oro en los 100, 200 y 4x100 metros, como ya hizo en Pekín-2008 y Londres-2012). Pero una inesperada lesión en las pruebas clasificatorias de Jamaica ha hecho que el mundo asista con preocupación a su batalla contrarreloj para llegar a tiempo a Rio.
Competir en unos Juegos es también una cuestión de valor, como el que tuvo el nadador de Guinea Ecuatorial Eric Moussambani en Sydney-2000. Aunque nueve meses antes apenas sabía nadar, el héroe inesperado en Australia saltó por primera vez a una piscina olímpica -en su país no había ninguna- el día de las eliminatorias. Sus agónicas brazadas en un trayecto eterno le convirtieron en una estrella y quedaron para la historia.
Así recibieron dos veces un centenar de policías de Rio a los viajeros que desembarcaban en el aeropuerto internacional. Sin recibir sus salarios completos desde hace meses, protestaban por la falta de fondos para comprar papel higiénico para las comisarías o gasolina para los coches policiales.