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Historias Reales de Personas Reales...
Mi pareja es adicta al trabajo. Nunca tiene tiempo para mí. No está disponible. Su trabajo lo absorve demasiado. Y, yo ya estoy seriamente terminar con nuestro matrimonio.
Mi esposo solo piensa en el trabajo. Llega a la casa muy tarde porque se queda trabajando. Aun cuando sus compañeros de trabajo y su jefe salen a la hora que les corresponde la empresa, él no. El se queda largas jornadas. Y, si no lo hace sigue trabajando en casa.
Pareciera que la empresa es de él. No le interesa ir a cenar, no le interesa ir con los amigos, no le interesan otros planes que no sea trabajar, trabajar o trabajar.
Hasta el momento no tenemos hijos y qué bueno porque él es adicto al trabajo. No hace ejercicio, no le interesa el cine, no le importa nada. Cuando salimos solos porque yo insisto todo el tiempo me habla de su trabajo, de sus proyectos.
Su vida gira en torno a su entorno laboral.
Es muy exigente consigo mismo.
Es perfeccionista.
No sabe delegar responsabilidades.
Todo lo prefiere hacer él.
No tiene un tiempo de descanso.
Los fines de semana está irascible.
Los planes con la familia le aburren.
Ya no salimos con los amigos.
Está conectado todo el tiempo a su trabajo por la computadora y por el móvil.
Yo me siento sola, no tomada en cuenta y antes de tomar la decisión de dejar la relación inicie una psicoterapia.
Ahora entiendo que parte de su sentido de vida es el trabajo. Pero Yo tengo otros intereses en la vida no solo tener que trabajar: me gusta viajar, ir al cine, salir a bailar, tomar café y leer, compartir con amigos. Y, me parece que no empatamos en esta forma de ver la vida.
Mi terapeuta me dio a leer un artículo: la adición al trabajo o workaholic