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No dejes que estos tres errores te aparten de tu meta programada.
Puedes llegar a acumular muchas horas seguidas sin comer y al llegar mediodía resultará
fácil que pierdas el control y comas más de lo sugerido. Estudios demuestran que saltarse el desayuno, lejos de suponer una pérdida de peso por las calorías que no ingieres, supone una ganancia por las que tomas de más en la comida y por el descenso del gasto calórico inducido por el ayuno por la mañana.
Puede que no hagan subir tu colesterol ni sean pesados para tu estómago, pero todos los alimentos aportan calorías y si estás pensando en perder peso tienes que poner un límite a lo que tomas, aunque sean alimentos saludables. Las nueces son de lo más saludables, pero aportan muchísima energía para su peso, son alimentos muy densos calóricamente.
Si no cenas nada, o muy poco, tu rendimiento del día siguiente probablemente sea penoso por no tener bien cargadas tus reservas de glucógeno. No está demostrado que comer antes de acostarse te haga engordar más, pero si te estás privando de comer a lo largo del día, por la noche tendrás más hambre y es probable que te des un festín o un superatracón. Desayuna bien y come algo cada 3 ó 4 horas, así no tendrás nunca excesivo apetito y mantendrás tu peso bajo control. ¡no te saltes la cena! Eso sí, que no sea muy abundante y toma alimentos de fácil digestión, que te permitan descansar.
Tomado de sportlife.es
