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Tenían lo último en tecnología, la más moderna de las naves espaciales, volaban a la velocidad de la luz, pero se perdieron en el espacio hasta entrar en un agujero negro… era parte del argumento de 2.001 Odisea del Espacio, del inolvidable Stanley Kubrick
La izquierda española ha sido tragada por un agujero negro, ese que lo invierte todo en su contrario, en la negación de sí mismo.
El complejo puzle de la izquierda española, ha llevado de nuevo al poder a la derecha, contra todo pronóstico y lo que es más grave, después de sufrir el escándalo de la corrupción.
No sólo ha reafirmado ser el primer partido, ha mejorado sus resultados y ha tomado el camino del centro político, erigiéndose en árbitro indiscutible y necesario.
Ha sabido dejar caer, a su ala derecha más recalcitrante, representada en el dueto Aguirre, Aznar y ha tendido varias trampas a sus cazadores furtivos, desde los Servicios de Inteligencia del Estado, inmovilizando a sus indeseados.
El lenguaje posibilista, humilde e incluso cercano al sentir popular, ha llevado a la derecha a un nuevo renacer inesperado.
Cierto que demagógico, pero no más ni menos demagógico, que el discurso de la izquierda, que llega confuso y disperso a sus electores.
La pugna por el espacio de la socialdemocracia es una batalla perdida y una pérdida de tiempo, que ha llevado a la desmovilización.
La política ha dejado de ser una batalla ideológica, para pasar al juego de palabras y los lugares comunes, que mueven las vísceras de los electores.
Hace dos meses, hacíamos una jocosa referencia a la izquierda española, en un símil cocinero que sigue valiendo para entender lo que pasa. (ver enlace)
La izquierda no ha recibido los avales necesarios para gobernar en el Estado español, en todo caso, se mantiene y se reafirma, allí donde mantiene un discurso coherente y unificador.
A la izquierda española, le falta un proyecto de Estado que ha perdido en parte, pero sobre todo un proyecto de reforma constitucional que dé respuesta a las demandas de los pueblos de España.
Gracias a las incongruencias de la izquierda, gobierna la derecha
Así se explican en parte, los buenos resultados de Euskadi y de Cataluña, pero no se entienden los de Canarias, Galicia y Valencia.
La respuesta hay que buscarla en la "falta de visión del Estado" y la ausencia de un discurso homogéneo.
Si tenemos en cuenta el lenguaje (más bien metalenguaje) rebuscado y retorcido de la dirigencia, su falta de bagaje cultural y una formas gestuales impropias de "hombres de Estado", los resultados, son mejores de los que merecen.
La izquierda además, carece de un proyecto para Europa, esa izquierda que hoy habla de unidad europea y mañana propone la salida de la unión, no es una izquierda creíble.
Sería bueno que se sentaran algunas de sus cabeza pensantes --que las hay-- para ponerse de acuerdo en la construcción de un espacio europeo capaz de defender los intereses de la Europa de los ciudadanos.
España necesita una reforma de su Constitución y de su ley electoral, también sería buena la gimnasia de sentarse a discutir una propuesta unitaria de la izquierda ante esa reforma.
Por último, el gran problema de la izquierda es viejo, y le viene de su voluntarismo de ser única y no reconocer que siempre ha sido unitaria, respetando su diversidad.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro