Los dilemas existentes actualmente en torno al precio del acero

Dentro de las chatarrerías y todas las economías que se mueven en torno a los metales, el precio para su compraventa es fijado por una serie de factores. El primero de ellos es su cotización en los mercados de valores. A partir de ahí existen otras variables como su demanda general o particular a través de las empresas que se encargan de fundir el metal o los sectores que suelen utilizar un metal en específico para fabricar sus productos. En este sentido, el precio del acero se está viendo inmerso en una crisis.

La falta de demanda, el gran problema

La crisis en la que el mundo se encuentra inmerso debido a la pandemia no tiene precedentes. De hecho, ha paralizado multitud de industrias incluida la del automóvil en donde el acero es protagonista. La ausencia de demanda por cese de actividad, confinamiento o medidas paliativas para frenar las infecciones han llevado a que los mercados ofrezcan este tipo de cotizaciones. En el caso del precio del acero se han llegado a ver mínimos que no se alcanzaban desde principios del año 2016.

Alemania, un motor perjudicado

En el presente contexto, países que son una auténtica potencia industrial como el germano han visto reducida su producción hasta casi la mitad. Esto ha traído consigo un mismo efecto en las siderúrgicas e industrias de fundición que asisten atónitas a la imposibilidad de subir los precios.

La baja demanda en diversos sectores lo complica todo

Sin embargo, no solamente es en el país bávaro donde la industria del automóvil balancea el precio del acero. En países como Singapur también la producción se ha visto afectada. Y la fabricación de piezas y herramientas con este material destinado a los ferrocarriles y otros medios de transporte igualmente se han quedado relegadas.

Por todo ello y teniendo en cuenta que el precio del acero no está cotizado en bolsa, es difícil determinar el final de este problema. Lo que sí es seguro es que esta coyuntura va unida a la crisis sanitaria que vive el mundo. Y hasta que no veamos estabilidad en un asunto no la veremos en el otro.