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Foto de la marcha del viernes 12 de septiembre del 2014 en Tarata, Miraflores. (Cortesía de la periodista Isabel Guerra)
Autor: Frank Krklec Torres
El día viernes 12 de septiembre pasado se cumplieron 22 años de la captura del mayor carnicero de toda la historia peruana, Abimael Guzmán Reynoso, a manos del GEIN, un equipo especializado de la Policía Nacional del Perú. Guzmán, como cabeza del grupo terrorista Sendero Luminoso dirigió una de las guerras más sangrientas y genocidas contra la población peruana que dejaron como resultado más de 30, 000 muertos, centenas de miles de heridos y 23, 000 millones de dólares de pérdidas en infraestructura.
La captura de este delincuente terrorista fue un momento memorable y trascendente que cambió para siempre el destino del Perú. Luego del 12 de septiembre de 1992 pasamos de ser un país inviable, aislado y "paria" a un país en crecimiento, con autoestima y confianza en el futuro. Es probablemente el hecho más importante de todo el siglo XX para Perú, sin embargo sorprende que a pesar de ello, salvo algunas excepciones, fuera mayormente ignorado por las instituciones públicas, partidos políticos, organizaciones civiles, ONGs y medios de prensa. ¿A qué se debe esta indiferencia e indolencia de parte de la mayoría de peruanos respecto a este episodio reciente del Perú? ¿Será que simplemente pretenden olvidar la historia reciente y continuar con sus vidas cotidianas como si nada hubiera pasado?
El que no conoce su historia está condenado a repetirla. Y vaya que la estamos repitiendo, la semana pasada fue liberada la cúpula del MOVADEF, la fachada política de Sendero Luminoso, quienes buscan abiertamente la liberación de Abimael Guzmán y otros líderes terroristas. Y el día sábado fue liberado el senderista Carlos Incháustegui, quien usaba su casa como guarida de Abimael Guzmán cuando este fue finalmente capturado. Según el Diario El Comercio entre el 2013 y el 2015 6 miembros principales más de esta organización terrorista serán liberados. Y no solo ello, a la fecha según el ex Director de la Policía Nacional del Perú, Marco Miyashiro, más de 4, 000 miembros de Sendero Luminoso y el MRTA han sido liberados por los beneficios carcelarios y reducciones de pena otorgadas por los gobiernos pasados de Toledo y Paniagua.
Mientras tanto irónicamente, las verdaderas víctimas de Sendero Luminoso y el MRTA se sienten olvidadas. La Asociación de Familiares Víctimas del Terrorismo (AFAVIT) organizó una marcha el viernes 12 de septiembre en el Parque Kennedy de Miraflores en conmemoración por la captura de Guzmán. Fueron aproximadamente cincuenta personas, entre quienes estaban Ruthie Ballón (padre fue secuestrado y asesinado por el MRTA), Marilú Villanueva (su padre murió durante el atentado terrorista de Tarata) y viudas de policías, autoridades políticas y civiles muertos en cobardes atentados terroristas. Todos ellos compartían su indignación e impotencia ante el olvido e indiferencia de parte del Estado hacia ellas, y asimismo por la indolencia de la sociedad peruana ante su dolor.
¿Qué nos está pasando como país? ¿Cómo hemos llegado a esta situación donde los asesinos son liberados y victimizados mientras que las reales víctimas son olvidadas y maltratadas? Es necesario que reflexionemos seriamente sobre quienes somos como sociedad y como nos vemos en el futuro. Los terroristas y sus defensores tienen claros sus objetivos a mediano plazo. ¿Los tenemos nosotros? Me temo que no. La voz de alerta está dada, aún podemos hacer algo para remediar esta situación. Después será muy tarde, y ya no podremos decir nada cuando veamos a estos representantes del terror como autoridades políticas o infiltradas en nuestras instituciones públicas. Dios nos libre de tener nuevamente 30, 000 muertos para tomar conciencia sobre la importancia de unirnos como país.
"El que no recuerda su historia está destinado a repetirla" (Foto cortesía de Isabel Guerra)