Autor: Gabriel García Pike Fuente: Diario Correo

Cómo estarán analizándonos ahora desde el exterior con este escándalo de una excongresista involucrada en tremendo lío de narcotráfico y terrorismo. El tema no es simple y tiene un sinnúmero de implicancias tanto políticas como delictivas. Las preguntas, que evidentemente se producen en un caso como este, son de cuántos y quiénes más se encontrarán involucrados. Se sabe que se está frente a la punta del iceberg y, como se desconocen las ramificaciones, las interpretaciones en el exterior deben ser terribles.

El mismo sociólogo y analista político Jaime Antezana, quien es uno de los más entendidos en el Perú sobre temas del narcotráfico y el terrorismo, ha declarado en un programa televisivo (Canal N, programa "La Hora N") que hay varios implicados (sin mencionar nombres), afirmación sumamente grave en relación a como nos ven en el exterior. Para ser claros, si un serio estudioso peruano hace una declaración de este tipo, una vez que se ha descubierto la gravedad de las imputaciones en las que está envuelta la excongresista Nancy Obregón y parte de su familia, y que la misma tenía todo el apoyo del gobierno peruano y de los altos dirigentes de su partido político, el asunto se vuelve más complicado, pues a la referida persona ya se le habían hecho imputaciones periodísticas antes de ser elegida como congresista, lo cual para los observadores extranjeros (y no quiero mencionar a los nacionales), de inmediato se produce la sospecha o suspicacia si los miembros del Gobierno se encontraban al tanto de ello, ya que habían utilizado el apoyo de la excongresista para ganar votos en las elecciones y, más aún, si después de las últimas elecciones congresales ella no postuló, pero obtuvo que el presidente del Congreso la nombrara a ella y a su hija en alto cargo en el Parlamento.

Ahora también entendemos el porqué el presidente Obama nombra, como embajador en nuestro país, a un experto en temas de narcotráfico que desempeñó un excelente trabajo en Colombia sobre el mismo tema. Es decir, ¿cómo están viéndonos otros gobiernos? Todo esto huele muy mal. ¿Qué habrá sucedido en Washington durante la visita del presidente Humala, que este regresó de muy mal humor? Y en especial, cuando nos enteramos por la prensa que el principal y único tema tratado entre los mandatarios fue el del narcotráfico y sus ramificaciones en nuestro país. Definitivamente algo sucedió, pues al cabo de un tiempo la Policía y la Fiscalía decidieron abrir la investigación contra la Obregón y compañía. Qué extraño que antes del inicio de la investigación contra Obregón se levantara tanto vuelo, tratando de comprometer a Kenji Fujimori en temas de drogas y al expresidente García en narcoindultos. ¿Se quiere tapar el sol con un dedo? Consideramos que al Congreso no le queda otra alternativa que realizar una investigación profunda sobre los alcances del narcotráfico en la política y que convoque al señor Antezana para que brinde los nombres de los probables involucrados.

Y al presidente del Consejo de Ministros, que al agradecer a los gremios empresariales que se manifestaron a favor del discurso del 28, que hay empresarios malos, refiriéndose probablemente a los medios de comunicación que no son de la línea del gobierno, ¿o se refiere a las amistades de su partido con los amigos de Nancy Obregón?