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Autor: Hans Rothgiesser Fuente: semanaeconómica Las reformas esperadas siguen sin venir
Imagen: peruviaje
Si bien todos conocemos en lo que terminó el gobierno de Fujimori, si algo se le tiene que reconocer es que inició la primera ola de reformas económicas que el Perú necesitaba para que fuese un país viable nuevamente. Cuando él asumió el poder, una gran mayoría de peruanos aspiraba a simplemente irse del país, porque no entendía cómo podría progresar en un ambiente en el que los precios subían al doble en cuestión de días, que la corrupción era galopante, que las libertades económicas estuviesen controladas, etc. Si algo hay que reconocer al primer gobierno de Fujimori, es que pudo tomar esa situación e iniciar un largo proceso que continuamos hasta hoy en día de integración a la economía mundial, de apertura a los mercados globales, entre otros objetivos que seguimos persiguiendo de a pocos.
Por otro lado, si algo hay que criticarle en ese ámbito es que nunca inició realmente la segunda ola de reformas que se esperaba. Nunca se preocupó por la verdadera institucionalidad del país, en un intento por mantener el control de las instituciones que importaban.
En ese sentido, una vez al año hay una serie de organismos internacionales que nos siguen recordando lo mal que estamos en ese aspecto, para ver si así nos movemos un poco y hacemos algo al respecto. Por ejemplo, ¿cómo olvidar cuando la OECD reportó en su informe PISA que estábamos en los últimos puestos a nivel mundial en educación? ¿O cuando el Doing Business -cuando aun comparaba la situación del mercado laboral- nos informó que teníamos uno de los regímenes laborales más restrictivos del mundo? ¿O cuando el Competitiveness Report del WEF nos mostró que no éramos un país particularmente competitivo?
A cada rato nos caen recordatorios de que tenemos que volver a preocuparnos por una verdadera reforma de la educación sobre la base de evaluaciones creíbles, que tenemos que seguir aplicando recursos a renovar nuestra infraestructura, que tenemos que seguir retirando al Estado de la vida empresarial, etc. Todos esos son elementos por los que hay que preocuparse si es que queremos que el modelo económico siga siendo viable en el tiempo.
Esperemos que esta semana que la pareja presidencial está acudiendo al Foro Económico Mundial, el cual constará de quince ponencias, sea una oportunidad para que vean quince veces cómo el Perú necesita acelerar la reforma en quince temas pendientes. Y si no van a ir a todas las ponencias, porque tienen otros compromisos, no importa. El WEF las está subiendo a su página web y las podrán ver luego en la comodidad de sus respectivas oficinas en Palacio de Gobierno.