Tras ser desahuciado  Pedro Sánchez de la sede de Ferraz, los miembros  de  la 'vieja guardia' constituidos en  agentes de desalojo, con su planificada revuelta   no solo quitaron de en  medio al díscolo secretario general,   sino que con su sublevada  actuación   consumaron  el verdadero objetivo de su finalidad,   tal fue,   impedir que se cumplieran las  medidas de cambio previstas  y la nueva línea política del partido,   para   así, cortar de raíz  toda posibilidad hacia una  trayectoria  regeneradora al solo objeto  de mantener invariable  la continuidad de sus prerrogativas y la sucesión  de sus   privilegios.

Para poder  a entender   la pérfida conducta  de esta tropa de insidiosos,    basta con saber que estamos refiriéndonos a unos individuos que han tomado  la política como solución profesional, hasta el extremo de poder confirmar sin ambages  que  ' la vida  laboral ' de todos ellos  cabe en media cuartilla, o lo que es lo mismo, que cada uno de los conjurados en esta trama conspiratoria   superan  el cuarto de siglo dedicados en exclusiva   a la función política, y valga como ejemplo una referencia  con el propio presidente de la recién constituida Comisión Gestora,   Javier Fernández, que tras veinticinco años encadenando cargos del PSOE cuando va camino de los sesenta y ocho  ya podría  jubilarse a pesar de haber  cotizado tan solo  6 años  en el desarrollo de su función laboral. Curriculum que por  similitud de  su equivalencia  es extensible a la casi totalidad del resto del sequito de los  vividores que  promovieron el  complot.

Es por eso que lo grave en el derrocamiento  del ex número uno del socialismo  no sea en si mismo su   caída como  referente de jerarquía,   sino el triunfo del sector parasitario  del partido  por el implícito  mantenimiento del  status individual  de sus miembros,   toda vez que su cobertura, mas allá que satisfacerse con la conformación de un gobierno alternativo se resuelve otorgando  una  abstención técnica a Rajoy y de implícita  transigencia   de gobernabilidad para que nada cambie  y todo siga igual.

Una actitud propia  de quienes  llevan toda su vida adosados  al poder, sin mas  idea que seguir utilizando la política  como plataforma de  lanzamiento  para perpetuar una vida de lujos y privilegios; y ello aunque tan censurable comportamiento  agrande  cada día más, la brecha  que les separa de la sociedad y de los ciudadanos  por el contrasentido que representa  que unos políticos teóricamente de izquierdas, se conviertan por su avaricia, en los abanderados  de las reformas neoliberales mas agresivas  y en socorristas  de una derecha corrupta  e incursa  en  escándalos y procesamientos judiciales.

Demostrado con ello que  la nula fiabilidad  que ha de otorgárseles a quien con sus  diabólicas prácticas  demuestran no tener escrúpulos  al  ser capaces  de desprenderse de principios e ideología, con tal de recibir a cambio el resultado  de sus habituales   contrapartidas .

Ante esta rebelión antidemocrática no hay mas solución que una reacción coordinada de sus bases militantes

Es por eso que el allanamiento de la 'vieja guardia' a la emblemática sede  de la calle Ferraz no debe ser entendida  en modo alguno como el inicio de la estabilización y regeneración de la formación  socialista que tan interesadamente  proclaman los asaltantes, sino que en adecuación a la realidad  habrá  de percibirse como una despiadada lucha de poder, una guerra fratricida entre inmovilistas y progresistas  cuyas lesivas consecuencias  inducirán un efecto contraproducente  convirtiendo la controvertida sedición en punto de partida  de la estrepitosa decadencia  y caída del PSOE, cuyas consecuencias harán  que en los próximo comicios la formación  del puño en rosa  quede relegada en su debacle a un papel testimonial.

Declive    favorecido en primer  término por la deslealtad de  Felipe González, a quien no le bastó  con ejercer  de  máximo instigador de la asonada perpetrada contra Pedro Sánchez, sino que en su felonía,   no dudó lo mas mínimo en comportarse como un vulgar chivato,   trasladando anticipadamente a Rajoy información  del golpe que preparaba  en la sombra para poner fin de forma gradual  al liderazgo del Secretario General, a la vez de  delatar   que consumado el derrocamiento el PSOE se posicionaría a favor de la  abstención  que facilitaría al PP la formación de Gobierno.

Un comportamiento  que además de poner al descubierto su nula catadura moral, tira por tierra la integridad de un partido  que no repara en  traficar  con el voto de los electores socialistas para finalidad distinta a la comprometida; y todo, por las turbias maniobras  de conspiración patrocinada desde dentro  por quienes en interesada atribución a su condición militante, se dedican a descapitalizar sus propias siglas  con el  único y exclusivo propósito de asegurar   sus injustificadas  ventajas y prebendas .

De ahí que ante esta rebelión antidemocrática la reversión a tan fatal desenlace  tenga solamente por solución   una acción coordinada de sus bases militantes, de tal modo  que acorde al marco estatutario promuevan por conducto reglado  la convocatoria de un Congreso Federal extraordinario,   donde poder  cambiar el turno de los acontecimiento y la  elección en primarias de un nuevo líder.

De no hacerlo así, la abstención  tendrá  efecto de extremaunción para  un  PSOE con respiración asistida  y agonizante