Este libro que le traería una controvertida fama, no es un texto relacionado con su experiencia de los océanos, sino con la ornitología. Rachel Carson dedicó muchas horas a la observación de las aves, intuyendo una posible relación entre la actividad humana y la desaparición de algunas especies. Encontró multitud de indicios que apuntaban a un nuevo insecticida, el dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), empleado masivamente por los agricultores norteamericanos tras la Segunda Guerra Mundial.

Este compuesto se vendió como un revolucionario método inocuo que sólo atacaba el sistema nervioso de los insectos. Además se le atribuía el mérito de haber salvado la vida de 50 millones de personas, por lo que Mollër, su descubridor, recibió el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1948.

Rachel Carson, con sus conclusiones de causa-efecto sobre algunas especies animales del DDT, se enfrentó al estamento científico oficial, a la industria petroquímica y a los poderosos sindicatos de agricultores. Fue tachada por ello de comunista y acusada de mucho más; loca, histérica, mentirosa y antiamericana. Además, mujer. Pero ella tenía un arma muy eficaz, la escritura. Y pronto pudo sembrar la duda en el inconsciente colectivo de todo un país y con el tiempo del mundo entero.

Estaba completamente convencida de que en su lucha tenía que hacer partícipe al resto de la humanidad, porque el peligro que corría el planeta, si no se cambiaba su forma de tratarlo, era colosal. Estas sencillas creencias basadas en sus estudios convirtieron a la frágil y solitaria Rachel en un enemigo imbatible que no sólo arrasó a los poderosos magnates petroquímicos que se le habían enfrentado, sino que consiguió que las nuevas generaciones se implicasen más llegando a poner en tela de juicio la eficacia de todos los compuestos químicos sintetizados.

Rachel Carson se enfrentó al estamento científico oficial, a la industria petroquímica y a los poderosos sindicatos de agricultores

Gracias a esta pionera de la concienciación global, hoy, en una gran parte de los países occidentales ya no se emplean pesticidas para combatir el ataque de los insectos a las plantas, sino feromonas.

Rachel Carson murió de cáncer en 1964, pero sigue a dia de hoy motivando e impulsando razonamientos avanzados e innovadores como el del propio ex vicepresidente de EE.UU, Al Gore, quien ganó un Premio Nobel invocándola.

No obstante la prohibición del DDT a nivel mundial causó un brote de malaria tan monumental que las víctimas se contarán por millones. Pero los llamados movimientos de conservación modernos creen más importante conservar su poder, que salvar la vida de esos millones de niños africanos.

La vida debería ser la prioridad para cualquier movimiento ecologista, porque preservar la naturaleza es conseguir que esas generaciones de niños sigan vivos hasta tener la oportunidad de hacerse adultos.