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Lo cierto es que, países como Venezuela, Brasil y Nicaragua deben pasar por una transición económica muy fuerte
Aventis
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Los países pro comunistas, están siendo controlados por el Fondo Monetario Internacional, (FMI), al cual deben cancelar una cuota mensual de participación como miembro de ese club económico, entonces, me pregunto porque tantas diatribas con esa verdad. Esta relación ha obligado a su directora echar su mirada hacia Centro y Latinoamérica y fijarse en Nicaragua, donde Daniel Ortega ha profundizado profundizando el clima de inseguridad jurídica y desconfianza política con el cual es imposible cualquier intento de recuperación económica. Su grave error fue criticar al sector empresarial privado y reivindicó lo que llamó, textualmente, la “Nueva Economía Popular”, diciendo que “en sus propias piernas, en su propia inteligencia, en sus propias fuerzas, Nicaragua va a asegurar el alimento para los (sic) nicaragüenses…”. Con certeza, que, en consonancia con esa nueva economía popular, ha decidido crear la Empresa Nicaragüense de Importaciones y Exportaciones (Enimex) para competir con el sector privado, como lo temen y han hecho público los gremios empresariales. Y hay, en este sentido una certeza, se ha eliminado la publicidad de los registros para ocultar transacciones y transferencias de propiedad, en una francachela de corrupción que solamente en el INSS, el rendimiento por inversiones ha pasado de casi 70 millones de dólares en 2010-2011, habiendo Ortega recibido el INSS con superávit, a menos de 3 millones proyectados en 2019.
Lo cierto es que, países como Venezuela, Brasil y Nicaragua deben pasar por una transición económica muy fuerte por la carencia de medidas financieras a su favor y, los negocios con los chinos. La economía Nica tiene un saldo negativo oscilante que va del 4 al 6% oscilante a pesar de las ventas en productos cárnicos y lácteos hacia Venezuela. Ese deterioro de la economía se incorporó en el proyecto de presupuesto que recién se presentó ante la Asamblea Nacional, y pocos días antes lo había anticipado el FMI y otros organismos financieros internacionales, confirmando el peor de los escenarios que el Cosep y Funides habían monitoreado entre sus empresas.
Aún se está a tiempo de evitar una transición catastrófica de la dictadura a la democracia. El año 2009, la economía tuvo un crecimiento negativo del -3.3%, a causa de la crisis financiera internacional, y en los siguientes tres años creció en promedio al 5.7%. Pero, se vino abajo, La recuperación ahora no sería tan acelerada pues la confianza tardará en recuperarse, pero la catástrofe aún puede evitarse.
La condición clave, como lo dije en una oportunidad, es válido para el FMI, es “que ninguno, pero absolutamente ninguno de los actores nacionales e internacionales, con incidencia en la problemática de Nicaragua, transmita a Ortega que existe otra opción que el diálogo, la negociación y elecciones adelantadas”.
¿Queda algún camino no cruento ante un gobierno que reprime con brutalidad toda protesta? La pregunta se la hizo el siglo pasado Mahatma Gandhi y su repuesta le valió la independencia de la India: la resistencia pasiva con desobediencia civil. Estrategia potente, invencible, que, si la practicáramos a cabalidad, llevaría al régimen a la mesa de diálogo con más eficacia que las balas. El problema es que necesita mucha valentía. La resistencia pasiva no es opción de cobardes ni de quienes temen la lucha armada, sino de los dispuestos a enfrentar grandes riesgos y sufrimientos.
Su punto de partida es reconocer que una fuente central del poder de los dictadores impopulares es el miedo: su capacidad de amenazar o aplicar castigos. ¿Qué ocurre entonces cuando muchos ciudadanos pierden el miedo a ser castigados? ¿No es el dictador quien tiembla?
Tendríamos que saber la respuesta del presidente, Nicolás Maduro Moros.
Gandhi lo ensayó con éxito. “Hay que colmar las cárceles para hacer insostenible la posición del Gobierno”, decía. Encarcelado varias veces, vio su eficacia: “Veía que su autoridad se había quebrantado pues la gente ya no temía al castigo”.
La resistencia de Gandhi tenía una raíz profundamente cristiana: exigía a sus seguidores no devolver golpe por golpe ni insultar a sus agresores. El resistente pasivo, decía, “es un rebelde que prefiere el sufrimiento antes que doblegarse, pero que no inflige sufrimiento a su opresor”. Para él, ser encarcelado era un honor en línea con la bienaventuranza evangélica: “Benditos lo que sufren persecución por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los cielos”.
Al inicio suelen ser pocos, más Gandhi afirmaba: “Puedo declarar sin temor y con toda certidumbre, que mientras exista un puñado de hombres fieles a su promesa, la lucha inevitablemente culminará en la victoria”. Estos hombres debían, sí, ser virtuosos y prepararse, como en la guerra, para arriesgarse a las serias consecuencias de sus acciones.
En 1979. Nicaragua se libró de una dictadura porque, desde años atrás, unos pocos valientes estuvieron dispuestos a sacrificarse en la lucha armada. Hoy se liberará, de nuevo, cuando suficientes valientes estén dispuestos a sacrificarse a través de la no violencia.
Daniel Ortega es un dictador neoliberal, al comienzo del proceso sandinista, viajó hasta EEUU y en sus negociaciones internas, tuvo oportunidad de visitar un almacén de lentejuelas y adquirió veinte y dos- 22 pares de lentes. Una adquisición que cualquier empresario no ejecuta. Los presidentes comunistas, luego quieren convertirse en dictadores y no representantes del pueblo y aplican a su sistema económico integrado, un conjunto de medidas neoliberales y fascistas que perjudican directamente al pueblo. Todos, en la redacción del periódico donde laboraba quedamos sorprendidos, era muy joven para entenderlo, Martha Hanneker era nuestro manual de bolsillo, más allá de la dialéctica de Carlos Marx.
Héroes hay en todas las revoluciones. Pero los valores humanos del heroísmo y el espíritu de sacrificio son más meritorios cuando se trata de una rebelión pacífica en la cual la gente se enfrenta sin armas, solo con la fuerza de su fe y sus convicciones políticas.
La patria, la sociedad y el pueblo digno de Nicaragua le deben a toda su gente heroica, un reconocimiento imperecedero La patria, la sociedad y el pueblo digno de Nicaragua le deben a toda su gente heroica, un reconocimiento imperecedero La patria, la sociedad y el pueblo digno de Nicaragua le deben a toda su gente heroica, un reconocimiento imperecedero
China ha sabido lidiar con murallas por muchos siglos
No recuerdo que el secretario de Estado norteamericano, Michael Pompeo, haya visitado Centroamérica antes. El hecho suscita cuestionamientos y sorprende por el contexto, el tiempo, la agenda, la ruta seguida: Beijing, Riad, Panamá.
. Los aviesos planes chinos han llegado hasta muchos países africanos. Pero en las Américas ―desde Alaska hasta Patagonia, Washington sí está dispuesto a actuar con firmeza. Estados Unidos nos sigue viendo como vecinos del traspatio. Para ellos, México, Brasil, Argentina, Colombia y Chile son los grandes socios.
Washington sabe que si va a perder terreno global, no puede perder aliados cercanos. El mundo ya está dividido. Se acabó la magia poética, como la del verso de Darío: “Las estrellas son vuestras…”. Ahora el mundo es pos-huntingtoniano. Vivimos en un hemisferio: el oeste, donde Estados Unidos y la Unión Europea deben asentarse bien. Al otro lado, China, India y Rusia han asumido un liderazgo incuestionable.
Pero tienen un traspatio. Ahí, Japón, Israel, Corea del Sur, Taiwán se entienden bien con occidente. (¿Dónde queda Filipinas con el dictadorzuelo Duterte?). Además, hay otros estados pequeños que hacen coro con nuestros valores: democracia, estado de derecho, derechos humanos, libertades individuales, mercado libre, moral cristiana, progreso material. (Bertrand Russel agregaría “pensamiento filosófico”; Malraux se sentiría entre dos aguas).
El problema en estas discusiones es el lenguaje, a veces cambiante. Expresiones como “interés global”, “derechos”, “comercio libre” e “influencia” parecen términos veleidosos. ¿El problema yace en la semántica más que en formas de pensamiento? La diplomacia de Washington no es fragmentaria. Ellos hacen advertencias a sus amigos, dan órdenes a sus aliados, y amenazan a sus adversarios.
.Nicaragua, como sabemos, ha cumplido varios meses en rebelión cívica, no armada, no violenta, desde el 19 de abril en que se abrió la veda contra la oposición por parte del de la dictadura orteguista, que empezó creyendo que el pueblo estaba de su parte, al mantenerse callado ante las barbaridades que se venía cometiendo y de repente se encontró con el estallido del volcán.
En estos meses se ha demostrado que el régimen Ortega-Murillo está desenmascarado y ha demostrado su ferocidad hasta límites insospechados, matando jóvenes, secuestrando, aboliendo todas las garantías constitucionales que amparan al pueblo, como el derecho a manifestarse, expresarse libremente, resguardo al derecho de propiedad, al debido proceso y un largo etcétera.
Mientras tanto, la llamada oposición compuesta por grupos heterogéneos, tales como la iniciativa privada aglutinada en el Cosep y Amcham, organismos de la sociedad civil del más distinto género, lo llamados autoconvocados, el Movimiento Renovador Sandinista, quien parece liderar el movimiento opositor, los campesinos anti canal y otros que se han ido sumando día a día.
Ahora la oposición a la dinastía parece que está más cohesionada en la llamada Unidad Azul y Blanco, que es de más amplio espectro ya que aglutina a otros grupos que no estaban integrados en la Alianza Cívica por la Justicia, ya que concertaron con otros grupos más de tipo político como antiguos miembros desgajados de partidos políticos como el PLC y el antiguo Partido Liberal Independiente.
A mi entender falta más gente dentro de la oposición que tiene que ser inclusiva y no exclusiva, como parece ser, ya que la gente -por ejemplo del Partido Liberal Constitucionalista como ente partidario-, está siendo apartado sistemáticamente, siendo que habida cuenta, ha habido más personas individualmente pertenecientes al PLC, que han dado con sus huesos en la cárcel y que han sido asesinados por el régimen, aparte de los jóvenes de los diversos movimientos que son los que más han sufrido la represión violenta del orteguismo, muertos y encarcelados.
La regla debe ser que la patria se preocupe especialmente del bien común, no de ningún grupo, como acontece ahora en la que el orteguismo está por encima de todos y aún dentro del mismo sandinismo, hay unos que son más que otros que están reducidos a ser siervos de la gleba orteguista. ¿A que si van a la residencia-partido-gobierno del orteguismo, no es igual a la del humilde empleado público o paramilitar que se desgañita y mata en nombre, no de una ideología sino en nombre de un par de alienados mentales?
Ese es el ejemplo que debemos desterrar de nuestras naciones latinas. Hay que acabar con las re- elecciones presidenciales y la permanencia en el poder de un solo hombre.
Queremos una izquierda unificada en el verdadero ejercicio económico y democrático, jamás sectorizado en comunas y grupos que pervierten las ordenanzas del Estado.