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Los dos últimos discursos de Mohamed VI, con motivo por la Fiesta del Trono y la Revolución del Rey y su Pueblo apuntan hacia dónde camina Marruecos, con una apuesta clara por la juventud del país. Seguridad, regionalización avanzada, desarrollo sostenible, son algunas claves de Marruecos hoy
El discurso de la fiesta de la Revolución del Rey y su Pueblo, que hace dos días pronunció el monarca marroquí, ha sido -en coherencia con el que hizo hace unas semanas coincidiendo con la Fiesta del Trono- una verdadera declaración de intenciones de hacia dónde se dirige la sociedad marroquí, destacando claramente el papel de la juventud del país, al que Mohamed VI atribuye, no sólo en la construcción del futuro de Marruecos, sino la realización del presente "persuadidos de que nuestros jóvenes -dijo el monarca- merced a su patriotismo y a sus valores de ciudadanía positiva e ingeniosa creatividad, son capaces de promover el desarrollo de su país y superar el desafío de su ingreso en el club de los países emergentes" . El carácter cercano que Mohamed VI ha impuesto a su reinado se deja ver también en el contenido y la forma de sus discursos. En éste el Rey se preguntaba: "¿Qué lugar ha alcanzado Marruecos; dónde se puede colocar la economía nacional con respecto a la de los demás países; se puede considerar como un país competitivo y acaso se podría incluir entre los países emergentes?" para abordar acto seguido una relación de logros significativos que caracterizan el desarrollo económico y social de los últimos años, que ha ido paralelo a la consolidación de profundas transformaciones democráticas, sin que en ningún caso, en sus palabras, se trasladara la idea de autosatisfacción sino, más bien, la evidencia del reto que supone lograr que las transformaciones económicas estén orientadas a la corrección de desequilibrios en la sociedad. Mohamed VI señaló que "Como es sabido, no existe un modelo estándar de país emergente. Cada país emprende su propio proceso, dependiendo de sus recursos humanos, económicos y naturales, así como de su patrimonio cultural, en función de los obstáculos y dificultades que encuentra. No obstante, existen criterios y potencialidades que deben cumplirse para poder incorporarse a esta categoría de países, que particularmente consisten en el desarrollo democrático e institucional, el progreso económico y social y la apertura regional e internacional. Como todo el mundo sabe, los países no pueden pasar, de la noche a la mañana, de una categoría a otra, si no es capitalizando los desarrollos positivos acumulados a través de su historia. Durante los últimos 15 años -añadió el monarca- Marruecos ha logrado consolidar su proceso democrático y reforzar los cimientos de su modelo de desarrollo integrado y sostenible, que se erige sobre la concomitancia de los proyectos estructurales y la promoción del desarrollo humano sostenible. La economía nacional ha conocido una profunda mutación estructural y una enorme diversificación en los ámbitos de producción, así como ha realizado un elevado índice de crecimiento estable y ha logrado mantener los grandes equilibrios, pese a las consecuencias de la crisis económica mundial. En este marco, las estrategias sectoriales han permitido alcanzar resultados palpables que han contribuido al reposicionamiento de la economía nacional, a escala regional e internacional".
Mohamed VI ha evidenciado en este discurso la clarísima apuesta por el desarrollo sostenible que ha hecho Marruecos, algo que no es una impostura, sino que se ha conformado como una apuesta real desde la que se dirige buena parte de la acción económica y que se evidencia en todo lo que tiene que ver con la puesta en marcha de estructuras productoras de energías renovables, en este sentido el Jefe de Estado indicó que "El dominio de las energías renovables ha experimentado una mejoría cualitativa debido a los grandes proyectos que Hemos lanzado, a los que se añaden la adopción de estrategias energéticas eficaces y una ambiciosa política de movilización de los recursos hídricos. El Plan marroquí para la energía solar y eólica viene a atestiguar nuestra capacidad de relevar los retos, gracias a la clarividencia y anticipación, así como a la rigurosa planificación de las prioridades más acuciantes, entre las que se incluye la satisfacción de las necesidades energéticas de nuestro país y la reducción de la dependencia del exterior, basándose en el aprovechamiento de nuestro potencial en recursos energéticos renovables. Si Marruecos sólo necesita desplegar algunos esfuerzos para poder avanzar con pasos firmes e incorporarse a los países emergentes, la política de apertura económica, en este sentido, ha reforzado su posición en tanto que eje de intercambios internacionales".
Pues bien, desde esta perspectiva "Los logros y realizaciones llevados no deben ser un motivo de autosatisfacción -dijo el Rey Mohamed VI- sino más bien constituir un fuerte estímulo para redoblar los esfuerzos y movilizarse de manera permanente. Por lo tanto, la economía marroquí debería ser una economía emergente gracias a sus capacidades y a la conjugación de los esfuerzos de sus componentes; de otro modo, fallaría a su cita con la historia. Nuestro modelo de desarrollo ha alcanzado un estado de madurez que le capacita para integrar merecida y definitivamente el concierto de los países emergentes. No obstante, los próximos años se anuncian decisivos en cuanto a la consolidación de los logros, al ajuste de los desequilibrios y al estímulo del desarrollo y la inversión". El monarca jerifiano tuvo palabras para todos los sectores sociales y políticos implicados en el día a día del País, desde partidos políticos y sindicatos hasta la, cada vez más fuerte, sociedad civil; sin olvidar dirigir una mirada atenta al ámbito rural.
El discurso, uno de los dos más importantes de los que anualmente dirige al conjunto del país, es plenamente coherente con el que dirigió hace unas semanas con motivo de la Fiesta del Trono, aniversario de su llegada al trono tras el fallecimiento de su padre, Hassan II. Los ejes de aquella intervención fueron la Seguridad, la Regionalización Avanzada y el Desarrollo.
La Seguridad es señalada por Mohamed VI como un elemento clave para consolidar los avances de Marruecos y en ese sentido apunta a la vital consolidación de estructuras de lucha antiterrorista
Coherencia con el discurso de la Fiesta del Trono
En cuanto a la 'Regionalización Avanzada', principio constitucional de organización territorial con un contenido similar al que aparece en el texto constitucional español, va a ser abordada en el futuro cercano como realidad y no sólo como una perspectiva adecuada para la resolución del diferendo saharaui, sino como un elemento definidor e irrenunciable de la realidad de Marruecos. En este sentido el monarca marroquí dijo que "Queremos reafirmar también Nuestro compromiso con respecto a la iniciativa de otorgar la autonomía a nuestras provincias del Sur; una iniciativa que ha sido nuevamente calificada de seria y digna de credibilidad, en la última resolución del Consejo de Seguridad (Naciones Unidas). Resueltos a no hipotecar el futuro de nuestra región, continuaremos las obras de desarrollo y modernización en la misma, sobre todo impulsando la puesta en marcha del modelo de desarrollo para nuestras Provincias del Sur, con todo el enfoque participativo que comporta la buena gobernanza y los programas complementarios y multidimensionales, necesario para un desarrollo integrado. Así pues, nos estamos preparando para el establecimiento de la regionalización avanzada en las diferentes regiones del Reino, encabezadas por nuestras Provincias del Sur, con todo cuanto ello supone como respeto de las especificidades regionales y gestión democrática de los asuntos locales por los propios habitantes de la región, en el marco del Marruecos de las regiones unificadas".
Es evidente que la cuestión del Sáhara Occidental, integrado por las provincias del Sur de Marruecos, es utilizado como una 'mala' excusa por parte de Argelia para dificultar el pleno desarrollo de la Unión del Magreb Árabe (UMA), un proyecto que garantizaría mayores umbrales de desarrollo y seguridad para el conjunto de esta zona del continente africano. Mohamed VI, en este sentido, lanzó un mensaje claro en su discurso, en el sentido de afirmar que ninguna diferencia de opinión entre los países que conforman la UMA puede ser utilizada para privar al conjunto de sus habitantes de las ventajas que ofrece el pleno desarrollo de la iniciativa. El mensaje del monarca fue claramente conciliador pero taxativo en cuanto a la necesidad de dotar de plena vigencia la unión magrebí, prescindiendo de las excusas que han servido para dificultar -hasta ahora- el pleno desarrollo de la misma: "A escala magrebí, renovamos nuestra firme determinación de edificar una Unión fuerte, erigida sobre unas relaciones bilaterales sólidas y unos proyectos económicos integradores. Convencidos estamos de que las diferencias no son una fatalidad, sino un hecho normal que se da en todas las sociedades. La Unión Europea, por poner un ejemplo, desde siempre ha conocido desavenencias entre sus miembros sin que por ello haya llegado a la ruptura. Sin embargo, hay que lamentar la persistencia de unas discrepancias que no hacen sino paralizar la dinámica de la Unión Magrebí. Por muy importantes que sean tales discrepancias, no pueden justificar, por ejemplo, la continuación del cierre de las fronteras. Efectivamente, la situación ha alcanzado tal grado que el ciudadano magrebí no logra entenderla y mucho menos aceptarla, al punto de que numerosas personas que he tenido la ocasión de encontrar durante mis giras por algunos países hermanos, me han preguntado con asombro sobre las causas de tal cierre, reclamando el levantamiento de las barreras entre nuestros pueblos. Mi respuesta ha sido siempre la misma: Marruecos no ha dejado de invitar, desde hace más de seis años, a hallar una solución a esta extraña situación. Sin embargo, todas las serias iniciativas marroquíes han chocado con una obstinación y un rechazo sistemáticos, opuestos a la lógica histórica y de la legalidad, así como a los derechos de comunicación humana y apertura económica de nuestros pueblos. Con el empeño de hacer de las relaciones bilaterales la base de la edificación de la Unión Magrebí, quiero expresar mi satisfacción por los positivos resultados de la visita que he efectuado últimamente a Túnez, poniendo de relieve la calurosa acogida que me han reservado, tanto el atávico pueblo tunecino como sus instituciones nacionales, cosa que me ha emocionado profundamente".
En el disccurso de la mencionada festividad, el monarca no dejó de dirigir una mirada clara y determinada hacia los ámbitos de probreza y de desigualdad social con el objetivo de señalar -con una clara rotundidad- que esa debe ser una de las preocupaciones principales de todas las acciones públicas. La honestidad del planteamiento del discurso, quedó planteado como declaración de principios en las primeras palabras de la intervención real: "queremos que [este dicurso] sea un momento de reflexión y autointerrogación, con total franqueza, veracidad y objetividad, acerca de los puntos positivos y negativos que han marcado nuestra marcha, con el fin de poder avanzar hacia el futuro con plena confianza, decisión y optimismo". Desde esta perspectiva el monarca manifestó que "todos estaremos en nuestro derecho para preguntarnos si las realizaciones y manifestaciones de desarrollo que estamos viendo han influido directamente y del modo requerido sobre las condiciones de vida de los marroquíes; y si el ciudadano marroquí, cualquiera que sea su condición socioeconómica, esté donde esté, en el campo o en la ciudad, experimenta alguna mejora palpable en su vida cotidiana merced a estas obras y reformas [...] al consultar las cifras y estadísticas contenidas en los estudios que muestran la progresión de la riqueza en Marruecos, me pregunto con extrañeza ¿Dónde está dicha riqueza? ¿Ha beneficiado a todos los marroquíes o únicamente ha alcanzado a determinados sectores? La respuesta a tales preguntas no necesita un análisis profundo: A pesar de haberse conocido un desarrollo palpable en Marruecos, la realidad viene a afirmar que la riqueza en cuestión no llega a todos los ciudadanos. En este sentido, mis giras a través del país, me han permitido observar algunos fenómenos de pobreza y precariedad, así como una pronunciada disparidad social entre los marroquíes". Así pues, S.M. Mohamed VI anunció que buena parte de la acción pública del Estado se va a dirigir a la plena identificación de esas situaciones lacerantes de pobreza y de desigualdad social, reforzando todas las medidas puestas en marcha para la corrección de las mismas.
Conflictos regionales y seguridad
Otro de los aspectos centrales del discurso del Rey de Marruecos se centró en diferentes aspectos de la cuestión securitaria, no sólo como derecho básico de los ciudadanos en un Estado de Derecho, sino como principio rector o fundamental para garantizar el desarrollo interno del país, así como las relaciones internacionales del Reino. Algunos de los conflictos regionales y el terrorismo ocuparon parte del discurso del monarca quien señaló que: "las crisis siria e iraquí vienen a materializar la grave situación que el mundo árabe atraviesa. En este sentido, las políticas de exclusión, los conflictos doctrinales y los sectarismos, no hacen sino alimentar dichas crisis, redoblando la magnitud de la tragedia humana vivida por estos dos pueblos hermanos. No se trata únicamente de una crisis regional sino de una situación empantanada propicia para la proliferación de las más violentas organizaciones extremistas y terroristas, que amenazan seriamente la seguridad de nuestros países así como la paz y estabilidad mundiales [...] Ante la proliferación de las amenazas securitarias, especialmente en la zona del Sahel y el Sahara, reiteramos nuestro llamamiento a la necesidad de hacer frente colectivamente a las organizaciones terroristas, que encuentran sus aliados entre las mafias separatistas y de tráfico de seres humanos, armas y estupefacientes, por cruzarse sus intereses, constituyendo así la mayor amenaza para la seguridad regional e internacional".
Marruecos está consolidando avances que le señalan como una de las economía estable en su contexto geopolítico