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Iván Budinich Castro
¿Dónde está lo grave en no aplaudir al presidente electo? Es lo que me preguntan muchos amigos fujimoristas hasta los huesos a los que les hago ver lo nada pertinente de la actuación de la bancada fujimorista en la toma de posesión del presidente Kuczynski, total reclaman aplaudir no lo manda el protocolo agregan todos con ironía unos y fiereza otros. Pues muy simple mis estimados, el fujimorismo en estos momentos tiene todos los medios en contra. Con actitudes como esa de no aplaudir y corear el nombre de su lideresa y su partido cual barra brava, el fujimorismo se está encerrando en su círculo de 25% -30% y se aleja rápidamente del centro. En buen castellano; si quieren alguna vez alcanzar la presidencia deben dejarse de berrinches y aceptar la derrota de una vez por todas, así están echando por la borda todo el capital político que Keiko Fujimori acumulo durante los últimos años de una manera absurda.Ha habido momentos peores en el congreso. Letts Colmenares escribiendo con plumones en las paredes del hemiciclo o Anel Townsend llevando una olla a los pies del presidente en pleno discurso presidencial. Ante esos y otros muchos episodios, la abstención fujimorista pasa por un gesto casi amable. Pero recuerden fujis, la cancha mediática la tienen en contra y aunque no les guste tienen que comerse el chicharrón, ya saben lo que les pasa a los que no se comen con gusto su respectivo chicharrón. Además se trata de un chicharrón bastante ligero, casi sin consistencia.
No es nada casual amigos naranjas que los ppkuyes y sus aliados les estén reclamando por su aplauso. Suena bastante ridículo semejante reclamo y evidencia incluso algo de servilismo por parte de la bancada oficialista, pero el ppkausismo y sus aliados los están conduciendo justo adonde ellos quieren y por supuesto hasta el momento están contando con la entusiasta colaboración de su berrinche.
El mando fujimorista debe asimilar que la campaña 2016 ya paso y entercarse en exigir unas disculpas que no van a llegar nunca, no favorece en nada ni a la consolidación de su organización ni a la gobernabilidad del país. La ciudadanía se las puede terminar cobrando.
Nos leemos.