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Durante más de 500 años, el destino de la ciudad italiana de Siena ha estado íntimamente ligado al del banco Monte dei Paschi di Siena (BMPS), pero las actuales dificultades de la entidad obligan a sus ciudadanos a aprender a vivir sin sus generosas subvenciones.
"La crisis del Monte ha arruinado Siena. Antes, el banco ayudaba a las empresas y a las asociaciones, pero ahora ya no, hemos tenido que limitar los gastos, le ha cambiado la vida a todo el mundo", dice Laura, una jubilada de 57 años que, como muchos habitantes, prefiere no dar su apellido.
La incertidumbre aumenta con las incógnitas sobre el rescate del BMPS. El jueves hay una junta de accionistas clave, que, si fracasa, temen los habitantes de la ciudad que obligue a despedir a mucha gente.
El Monte dei Paschi, el banco más antiguo del planeta todavía en activo, fue fundado en Siena en 1472. Empezó siendo un Monte de Piedad ?entidades benéficas donde los pobres podían obtener dinero empeñando sus objetos? y acabó convirtiéndose en el tercer banco de Italia.
Sin embargo, desde hace años el BMPS tiene dificultades y ha sufrido pérdidas enormes, debilitado por la compra desastrosa en 2007 del banco Antonveneta, por un precio dos veces mayor de las estimaciones. El caso desató acusaciones de fraude y malversación contra los dirigentes de la época.
Una de las consecuencias directas ha sido que la fundación del banco, que subvencionaba generosamente Siena y sus alrededores, ha perdido gran parte de los recursos con los que restauraba iglesias, financiaba becas o contribuía a la Palio, la célebre carrera de caballos que se celebra en la ciudad.
Durante la década de los años 2000, cada año se repartían unos 150 millones de euros de media, con un pico de 233 millones en 2008.
Aún así, a medida que se ha profundizado en la crisis, la fundación ha ido reduciendo su participación en BMPS y el año pasado sólo dio tres millones de euros.
Según Susanne Michel, una comerciante local, "toda la ciudad ha notado la crisis (...); el Monte era un pulmón del que dependía mucha gente".
"El Monte es la única gran empresa que hay en Siena (...): es una 'ciudad-empresa', como fue Detroit para el automóvil", explica por su parte Carlo Alberto Carnevale Maffè, profesor en la Universidad Bocconi de Milán.
A pesar de esto, las relaciones entre la ciudad y la empresa se habían terminado convirtiendo en "incestuosas", según el profesor, que señala que en la fundación había representantes del Ayuntamiento y que varios alcaldes fueron presidentes del banco.
"[BMPS] repartió decenas de miles de euros en dividendos que podría haber utilizado para reforzar su capital", añade este economista.
Paolo Mazzini, el vicealcalde de centroizquierda que llegó al poder en 2013 tras el escándalo, reconoce que "llegó un momento en el que el poder del banco era demasiado grande para una ciudad tan pequeña".
A partir de ahora, Siena deberá cambiar sus "paradigmas de desarrollo", reconoce Francesco Fratti, el rector de la universidad de la ciudad, fundada en 1240 y que acoge a 18.000 estudiantes, un 7% de ellos extranjeros.