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Demócratas en EE.UU, socialistas y progres en Europa, comunismo duro con máscara de neoliberalismo en China y Rusia, agenda de género, invasiones de migrantes no sólo en Europa sino también en Latinoamérica
Fake news manejadas por George Soros, marxismo cultural, movimientos juveniles radicales pro globalismo, pro cambio climático, pro aborto, pro feminismo, anti niños, persecución a creyentes en Dios, radicalismo islámico, pedofilia en las altas esferas y plataformas de entretenimiento plagadas de series llenas de satanismo, lesbianismo y contenidos antivalores.
Por: Sandra Rodríguez
Una niña practicante de Falun Dafa sostiene un cartel donde le pide a China que deje de matar a presos de conciencia por sus órganos durante un desfile en Washington el 20 de julio de 2017. (Benjamin Chasteen / The Epoch Times)
El panorama mundial no es alentador. La ONU está imponiendo su agenda 2030 con un discurso alarmista que infecta con miedo y terror el corazón y los cerebros de las personas. A través de documentales con celebridades, supuesta evidencia científica y mucha propaganda vertida entre la población joven esta organización impone el globalismo para finalmente implantar el tan anhelado nuevo orden mundial.
Dicho nuevo orden mundial ya no es un mito de conspi-paranoicos, es una realidad que se percibe en el discurso radical de los diferentes movimientos que están surgiendo actualmente como el movimiento feminista y el nuevo grupo Extintion Rebellion, un grupo ultra radical, pro- sostenibilidad que está causando caos en ciudades como Sídney y Berlín, y que planea bloquear otras grandes ciudades alrededor del mundo con la intensión de prohibir legalmente que la gente se movilice libremente y atacar la economía mundial acabando con la industria actual, no con la intensión de cambiar y mejorar sino con el afán de desmontar la poca industria que aun no domina China y someter a las naciones a su voluntad.
El radicalismo de este discurso no siempre parece agresivo pero cada vez es más directo, e incluso invasivo. En las plataformas de entretenimiento como NETFLIX es muy normal ver escenas innecesarias de lesbianismo, incluso más que de gays. Su objetivo es el público femenino joven que se radicaliza abiertamente contra el rol biológico del cuerpo femenino, la intuición y la maternidad, así como contra los hombres, la familia y los niños. En series como “Las chicas del cable” es evidente la ideología de género validando el lesbianismo con un kilo de crimen, engaño y mentiras; mostrando a las protagonistas como “mujeres empoderadas”. ¿Acaso una mujer empoderada debe ser delincuente y homosexual? ¿Y qué decir de la serie “Lucifer”?
El tema de la sexualidad es justamente una de las banderas de este radicalismo ideológico. Sexualizar el cuerpo de la mujer jamás debe ser aceptado ni normalizado, pero con la ideología de género se deja entrever que lo que menos les importa a las radicales feministas es proteger a las mujeres de abusos y acosos. A este movimiento le interesa normalizar la sexualización de los niños para ofrecerlos a los apetitos de pederastas que ahora pretenden legalizar su “orientación sexual” con la ayuda de LGTBI. La hipersexualización del lesbianismo y del homosexualismo ha sido una herramienta poderosa para ganar adeptos entre la población homosexual, pero todo se reduce a validar la esclavitud sexual de niños y perpetuar la de las mujeres.
Cuando se denuncia tales vejámenes, surge enseguida el radicalismo anti-religión. Dichos movimientos no siempre hablan abiertamente de negar a Dios, pero si difunden la ideología del ateísmo a través de la mal llamada teoría de la evolución (que no ha pasado de ser una hipótesis), del nuevo discurso anti-biología en el que las feministas alegan que la biología no es ciencia sino una construcción social. Cuando se niega la naturaleza humana, se reniega de su naturaleza divina y se le persigue sin compasión, se entra en un territorio muy peligroso que nos condena a relativizar los valores y la ética.
Un buen ejemplo de esta degeneración es el régimen del partido comunista chino. El PCCh ha destruido la tradición milenaria china, una civilización brillante, sin comparación en el planeta. ¿Cómo lo ha hecho? A través de la doctrina marxista, el conocido marxismo cultural. La Revolución Cultural en China eliminó las tradiciones, la cultura y la sabiduría milenaria en todos los ámbitos de la vida cotidiana: la comida, la caligrafía, las artes marciales, el qigong, la medicina china y las religiones ortodoxas. El último movimiento ha sido la persecución a Falun Dafa. A los cultivadores de dicha escuela el PCCh los ha perseguido desde 1999 hasta la muerte. Los practicantes son desaparecidos, torturados y asesinados por el gobierno chino. Sus cuerpos se exhiben sin permiso de sus familias en BODIES, la famosa exhibición “con fines educativos”. Otros practicantes son detenidos y se les saca los órganos aun estando vivos para venderlos alrededor del mundo.
De allí se deriva otro movimiento más sutil pero no menos peligroso. La nueva religión mundial. El Vaticano a la cabeza del Papa Francisco niega la naturaleza única y especial de cada ser humano para validar el discurso de la igualdad. El objetivo de Francisco y sus amigos es muy simple, implementar la ideología de una sola religión inspirada en la nueva era y las “religiones” esotéricas. Muchos de estos movimientos se basan en la idea de que todos somos iguales, negando nuestras características únicas y nuestra personalidad. Varias religiones de este tipo han infiltrado las Naciones Unidas, han jugado con la figura de Cristo y han estado aliándose con organizaciones como la UNESCO, con el budismo tibetano, y hasta el mismo satanismo. Francisco apoya abiertamente la ideología de género en las escuelas públicas y privadas y pregona en la web del Vaticano la nueva religión mundial. Robert Mueller es la clave. Haga su consulta y conozca la verdad detrás del esoterismo, la agenda global para la educación y la verdadera cara del Papa.
Muchos se preguntarán cómo es esto posible y que nadie lo note. Simple, están creando un clima de pánico y odio con tecnicismos muy rebuscados, muy elaborados y propagados en los medios de comunicación, apoyados en la cobertura de fake news. Por ejemplo, la migración. La ola de migración parece ser más bien un tsunami. La cantidad de “refugiados” en Europa, las caravanas a Estados Unidos y la diáspora venezolana son la pieza clave de esta parte del rompecabezas. Estas invasiones están siendo patrocinadas por ONGs, por el socialismo, China y Rusia, y el radicalismo islámico. El objetivo es reclutar el mayor número de incautos con falsas promesas a cambio de una misión: llegar a un país y quedarse ilegalmente. Detrás de ellos se esconden las mafias, las inteligencias chinas, rusas y cubanas, la ONU y hasta Hollywood. ¿Qué buscan? Generar odio y confusión mientras grupos armados radicales controlan el tráfico de drogas y personas, mientras preparan el terreno para que sus ejércitos de criminales infundan el terror.
No es paranoia. ¿Recuerda usted los ataques en Alemania contra sus ciudadanos en navidad hace un par de años? Dos hombres jóvenes islámicos conducían un automotor de carga pesada e irrumpieron a toda velocidad en un mercado de navidad en Berlín matando a inocentes y dejando a muchos heridos. ¿Qué hizo el gobierno alemán? Los dejó libres. Unos días después, en la fiesta de año nuevo un grupo de musulmanes de África del Norte violaron a varias mujeres alemanas en la estación del metro de Colonia. Los radicales “ultraderechistas” neonazis arremetieron luego contra civiles de origen árabe y religión islámica culpándolos de todo. No se trata de banderas, derechas e izquierdas, se trata de un monstruo que está poniendo al ciudadano común en contra de su vecino.
Huya siempre de los radicalismos. No crea en los medios de comunicación ni de derecha ni de izquierda. Todos pregonan lo mismo con diferente nombre. Todos buscan desinformar, crear pánico, crear odio y desesperación. La humanidad está condenada a desaparecer por sí misma, no por el cambio climático, ni por la sobrepoblación. Alguien a quien una vez admiré y quise mucho me dijo hace poco comentando un video de una filósofa pro-vida; que la gente está condenada porque no sigue a los que representan sus propios intereses, esta persona es pro-aborto. Yo le respondí que ahí estaba la trampa, solo pensamos en YO, YO y YO. Se nos olvidó pensar en los demás, en nosotros, en la humanidad. El egoísmo y la vanidad nos llevarán a la inminente destrucción.