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En la segunda parte de la entrevista que Sonsoles Ónega concedió a la revista Lecturas la periodista ha respondido sin tapujos y de la forma más sincera a la razón por la que llegó a ocupar varios titulares de la sección de prensa rosa: su separación de Carlos Pardo.
Aunque el que fuera su pareja durante algo más de once años y padre de los dos hijos de la presentadora, Yago y Gonzalo, ya sea algo del pasado, a la presentadora de Ya es mediodía en Mediaset le ha servido para reflexionar sobre el amor, aunque más bien el amor propio.
"Hace un año y medio ya con la tontería...", comienza pensando en el tiempo transcurrido, aunque en estos meses ella haya encontrado de nuevo la pasión y se haya enamorado de un arquitecto gallego llamado César Vidal, a quien conoció recientemente, tal y como sacó a la luz Diez Minutos .
Sin embargo, la también escritora de 43 años reconoce que pasar el duelo por el amor finado en mitad de una pandemia fue realmente duro, un trance que en unas circunstancias tan extraordinarias se ha vuelto doblemente difícil, marcándole en profundidad y dejándole una cicatriz interna que intenta sobrellevar con estoicismo y serenidad.
"Es increíble. Ha sido un año de reflexión. Muy en lo personal. De reposo, de procesamiento de lo que me ha pasado", admite Ónega, que busca no hacer de ello algo mucho mayor de lo que en esencia es: una ruptura. "Es algo que le pasa a un montón de mujeres y que no pasa nada", argumenta.
Por eso mismo ha analizado sus sentimientos y ha descubierto que incluso dentro del romanticismo hay también que ser también un tanto autodidacta y cero especulativa: "No me canso de repetir algo que, en realidad, he pensado siempre, que al amor hay que tenderle la mano y ser feliz con lo que uno tiene".
Por eso mira al futuro, sintiéndose "bien, contenta, tranquila, serena" y segura de que recibe todo el amor que necesita -aunque no menciona a César-. "Yo tengo muchísimo cariño. El de mis hijos, el de mis amigos, el de mi familia", asegura la amiga íntima de la reina Letizia, que fue, junto al rey Felipe, la principal invitada a su boda en 2008.
Pero si tiene que sacar una conclusión, Sonsoles Ónega ha tenido suficiente tiempo para reflexionar durante la crisis por el coronavirus y medir sus palabras: "Esto que nos ha pasado necesariamente nos ha trastocado nuestras prioridades. Y yo tengo muy claras cuáles son las mías: mis niños, mi trabajo y mi familia. Eso es lo fundamental".
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