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Cuando parece que en occidente vamos aplanando la curva de contagios y que al menos esta primera ola de la pandemia por covid19 va remitiendo, es hora de mirar de nuevo hacia oriente
Son malos tiempos para los que gustamos de viajar, para los enamorados de las tierras asiáticas. Estos meses de retiro y confinamiento pueden ser el momento adecuado para mirar con perspectiva y revivir desde la nostalgia experiencias pasadas. También para para preparar futuras aventuras.
La información con las que nos abruma internet permite estar en contacto permanente con los exóticos lugares que tanto añoramos y ver, aveces con inquietud, a veces con alegría, como van capeando el temporal.
Leyendo el Bangkok Post, principal diario en ingles publicado en Tailandia, hago el repaso habitual de las cifras de infectados, recuperados y fallecidos que el gobierno del país hace públicas cada jornada. 3025 afectados, 2854 recuperados, 56 muertos. Sólo siete nuevos casos en la jornada de ayer.
Quede claro, que si hay que coger con pinzas los datos que el gobierno español nos facilita sobre la evolución de la enfermedad en España, con más precaución -si cabe- hay que aceptar las que el gobierno “cuasi democrático” tailandés ofrece a sus ciudadanos.
Pero, dando por buenas unas y otras, no podemos más que extrañarnos que en país “emergente” o en vías de desarrollo, la magnitud de la pandemia haya sido menor. ¿Es acaso el virus menos agresivo? ¿La capacidad de este para infectar se ve reducida por el clima tropical? ¿Son las medidas tomadas por el gobierno tailandés más efectivas? ¿Se tomaron antes?
El 36 de marzo se instauro el estado de emergencia y el 3 de abril el toque de queda entre las 10pm y las 4am. Las autoridades suspendieron los vuelos el pasado 4 de Abril. Los centros comerciales han permanecido cerrados desde entonces, así como discotecas, clubes y demás locales de ocio nocturno.
No parecen que las medidas tomadas sean de mayor calado que las llevadas a cabo en otros países occidentales. Tampoco se han implementado restricciones tempranas y drásticas como en Taiwan o de control de la población como en Corea. Sin embargo, la situación parece haber estado siempre bajo control.
¿Qué se ha hecho bien en Tailandia o mejor que en otros países?
Al margen de los fríos datos, los comentarios que se vierten en redes por parte de expatriados y turistas que no pudieron o quisieron regresar a sus países de origen, no nos muestran un paisaje desolador. Ni hospitales ni clínicas están están saturados, ni mucho menos colapsados.
Al contrario, las medidas de aislamiento se van relajando. En los próximos días el toque de queda verá reducido su horario. Los centro comerciales se preparan para abrir sus puertas. La suavización de las restricciones con el paso a la segunda fase en la “desescalada”, dará cierta luz a una economía tailandesa muy dependiente del turismo y necesitada de una pronta vuelta a la normalidad.
En todo caso, la pregunta sigue en el aire: ¿qué se ha hecho bien en Tailandia o mejor que en otros países?
Sólo se me ocurre una respuesta. Pese a que a ojos occidentales los países del sudeste asiático parecen sufrir la falta de unos sistemas de salud públicos modernos y eficaces. Sus gentes puedan parecer de un respeto por la higiene más bien escaso. Y el grado de cumplimiento de las normas algo relajado. Todo esto no es cierto.
El sistema de salud tailandés es moderno y relativamente eficaz. Adolece de los mismos defectos que otros occidentales como son: las largas esperas para ser atendido o para realizar una prueba o una cirugía. Nada que no conozcamos en España. Al mismo tiempo, las gentes de esta parte del mundo son particularmente escrupulosas con su higiene personal: no dudan en usar mascarilla para protegerse y proteger a sus conciudadanos si sufren alguna enfermedad. El respeto de las normas, que nos puede parecer laxo, no es menor que en muchos países del sur de Europa.
Por otra parte, la experiencia con graves enfermedades endémicas o de pasadas epidemias como el SARS, han hecho que ante la presente crisis del covid19, los ciudadanos estén más preparados para asumir las medidas necesarias con prontitud y casi sin la tutela de los autoridades.
En definitiva, lo que podemos aprender de la forma en la que Tailandia a encarado la epidemia de covid19, es la forma en la que los ciudadanos han hecho frente a la situación.
Miro por la ventana de mi apartamento en España y veo ya las gentes en la terraza del bar de enfrente: sin guantes, sin mascarilla, hablando a gritos con el de la mesa de al lado y limpiándose los mocos con la mano. ¿Habremos aprendido algo cuando todo haya pasado? Ciertamente tengo dudas. Esperemos que sí.
Sigo comentando mis experiencias en Tailandia y resto del sudeste asiático en mi blog.