Al nuevo entrenador de la selección argentina, Gerardo Martino le dicen 'Tata', es decir 'padre' en la jerga campestre argentina, desde la época en que fue jugador y caudillo del Newell's Old Boys y el entrenador era Marcelo 'Loco' Bielsa, de quien asimiló tácticas y un estilo de dirección.

Ahora ha sido confirmado como sucesor de Alejandro Sabella como seleccionador de Argentina, la segunda selección que dirige después de la de Paraguay.

Discípulo de Bielsa, ganó con los rojinegros de La Lepra, el club de sus amores, el título de campeón argentino en 2013.

Y de aquella Rosario natal, a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, también comparte origen y preferencias de colores futboleros con Lionel Messi.

El entrenador, de 51 años, es un símbolo de una institución rosarina de estrellas como Gabriel Batistuta, goleador histórico de la selección argentina, mientras que Diego Maradona tuvo un fugaz paso en 1993.

Con notable reputación en Sudamérica como seleccionador de Paraguay y entrenador del Newell's, Martino no logró recuperar la excelencia del Barça, que terminó la temporada sin conseguir ningún título importante por primera vez desde 2008.

En mayo pasado, selló su alejamiento del club azulgrana, tras la derrota al final de la Liga española ante el Atlético de Madrid, que dio la vuelta en el mismísimo Camp Nou después de un épico empate 1-1 que dejó a los catalanes con las manos vacías tras haber logrado siete títulos en diez años. "Quiero agradecer profundamente al club por haber confiado en mí. Lamento no haber podido ayudar a los muchachos a conseguir los objetivos", dijo al anunciar su salida con los desilusionados catalanes aún en el estadio.

La derrota había sido el corolario de varias frustraciones de un irregular 2014. Antes, el Barcelona del 'Tata' había sido eliminado en Europa por los 'colchoneros' y batido en la final de la Copa del Rey por el Real Madrid.

- De la escuela Bielsa -

Martino había llegado al Barcelona en julio de 2013, tras la repentina renuncia de Tito Vilanova, que murió de cáncer en abril.

'El Tata' es un hijo dilecto de Bielsa, otra gloria rojinegra, cuyo estadio lleva su nombre y una de sus tribunas el del flamante seleccionador argentino.

De Bielsa, actual técnico del Marsella francés, adoptó una impronta táctica que se trasluce incluso en sus gestos y también en su estilo de juego frontal, ofensivo y vertiginoso.

"Discrepo totalmente en que los entrenadores sean más importantes que los jugadores, de ninguna manera", dijo Martino alguna vez para dejar claro que para él lo fundamental es la relación con el futbolista. "Hace mucho tiempo nos han instalado a los técnicos en un lugar de demasiado privilegio", agregó entonces.

Como futbolista atesora el honor de ser el jugador del Newell's con más partidos oficiales disputados (472).

Fue allí 'patrón' excluyente del centro del campo durante una década (1980-1990), además de pasar por el Tenerife (España), Lanús de Argentina, O'Higgins (Chile) y el Barcelona ecuatoriano.

Como director técnico, empezó su carrera en el modesto Almirante Brown de Arrecifes (segunda división).

Pero el éxito empezaría a sonreírle del otro lado de la frontera, cuando emigró a Paraguay y conquistó tres campeonatos al frente del Libertad, otros dos en el Cerro Porteño y, tras un breve paso por el argentino Colón, le dio dos nuevos títulos al Libertad guaraní.

Su notable gestión en suelo paraguayo derivó en la designación como entrenador de la selección de ese país, con la que logró clasificarse para el Mundial de Sudáfrica-2010 y llegó a cuartos de final al caer ajustadamente por 1-0 ante España, que sería finalmente la campeona. Martino finalizó su ciclo en la selección paraguaya tras perder por 3-0 ante Uruguay en la final de la Copa América Argentina-2011.

A finales de 2011, se convirtió en entrenador de su amado Newell's y, pese a que se encontraba en una grave crisis económica y en peligro de descender, lo convirtió en campeón en 2013.

"El fútbol argentino es histérico, tramposo y ventajero, se desprecia la estética y el resultado disimula todo, es muy difícil convivir con eso", criticó. Según Martino, "quien dirige en Argentina estaría preparado para dirigir en cualquier parte, no por lo competitivo, sino por todas las cosas de las que tenés que ocuparte acá", apuntó.