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Son millones las mujeres y hombres que cada día se llenan de preguntas la cabeza, la principal de ellas: ¿Complacere en la cama a mi pareja?
Nos preocupamos tanto por sentir que hacemos todo bien en la intimidad y que la otra persona está disfrutando lo suficiente que muchas veces nos olvidamos de disfrutar también y preguntar ¿Disfruto yo del sexo?
Así es, aunque no lo parezca también son muchos los hombres que también padecen de esta inquietud. Como seres humanos todos tenemos la debilidad de sentir que no hacemos lo suficiente o esa pequeña duda que nos hace preguntarnos si esto está bien o mal, pero entonces, ¿Qué pasa con la comunicación? Es ahí en donde radica el problema de las parejas que en la intimidad tienden a olvidar, preguntar no es señal de inseguridad, es señal de interés y con ello se podría lograr mucho más de lo que se espera.
El día a día ha hecho que el ser humano se olvide por completo de un simple acto primordial y es el de preguntar, el de comunicarse, el de abrir la boca por una vez y solo cuestionarle a tu pareja qué le gusta, qué disfruta, qué es lo que mejor siente y además de que tú mismo tengas la libertad de decirle todos esos secretos que llegan a hacerte explotar del placer, lo más ilógico de esto es que regularmente se tiene exceso de tiempo para discutir temas muchos más simples como las compras, el dinero gastado durante la semana, si la televisión está encendida o si alguien ha olvidado pagar la cuenta de electricidad.
Comunicarnos es un acto primordial del ser humano
¿Y qué decir de las grandes discusiones porque olvidó una fecha importante? Una situación que fácilmente podría resolverse manipulando esas zonas erógenas que tanto solemos ocultar o callar por vergüenza, por temor, por simple costumbre. No está mal exigir placer y darlo con todas las energías posibles, las relaciones que tienen una actividad sexual constante y satisfactoria son más exitosas (o eso dicen muchas psicólogas expertas)
El experto asegura que en ocasiones son las mujeres las que muestran mayor inseguridad al escuchar parte de su pareja palabras como "Coño" "Papo" "Panocha" o hasta con la palabra "Culo", y al ser estas las palabras con las que se señalan los órganos genitales, muchas mujeres y según mi opinión los hombres también, prefieren evitar mencionar esas palabras para no quedar mal, por sentir que quedarán frente a sus parejas como vulgares y para no sentirse mal consigo mismos no dicen nada, evitando entonces que sus parejas exploren esas áreas de su cuerpo que de alguna manera requieren atención.
Aunque... La otra probabilidad de este temor puede ser al hecho de que no conocemos completamente nuestro cuerpo, ¿Puede resolverse? ¡Desde luego! Bien dicen que en este mundo todo tiene solución menos la muerte, entonces no tengas miedo a ser la primera o el primero en conocer lo que te gusta, lo que te complace, a expresarlo a tu pareja sin temor y a preguntarle lo que le gusta, crear un juego en donde ambos puedan descubrir nuevas experiencias, nuevas formas de complacerse. ¡Prueba! ¡Explórate!
Los hombres también dudan en la intimidad
A fin de cuentas la vida es una sola y algo que solo puede darte placer es incapaz de hacerle daño a nadie.