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Por: Iván Budinich Castro
Rumbo al 2016 el candidato Pedro Pablo Kuczynski y su partido peruanos Por el Kambio parecen haber notado la conveniencia de reconstruir la coalición de fuerzas entre la izquierda y la derecha que desafiaron el poder fujimorista en el 2000 y permitieron la asunción presidencial de Alejandro Toledo en 2001, una decisión que puede resultar electoralmente acertada dado que todo apunta a que el Fujimorismo ya tiene más que asegurada su presencia en una eventual segunda vuelta electoral de 2016. Veamos esta simpática historia dividida para su mayor entretención en 4 breves actos.
Acto I Un pacto no tan oculto Un pacto se habría sellado segun los oráculos de Lima entre el gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia con el precandidato PPK. Sabedores del triste destino electoral que les aguarda según los precedentes inmediatos, en los predios oficialistas les ha quedado claro que la mejor opción es apoyar a un candidato de otras tiendas con el objeto de reagrupar fuerzas en el quinquenio 2016-2021 a cambio de la tranquilidad que el aprismo y el fujimorismo quizás no sabrían brindarle. Por su lado, la candidatura de Pedro Pablo Kuczynski, podría recibir el apoyo factico de los operadores del nacionalismo para desinflar a García Pérez y en la primera vuelta y enfrentar con mayores posibilidades a Fujimori en la segunda. Un verdadero acuerdo win to win para los involucrados.
Acto II El reciclaje de los exchakanos
Entre las campañas electorales de 2000 y 2001 Alejandro Toledo y su partido Perú Posible, llegaron a coaptar una interesante agrupación de cuadros que ya en el gobierno cumplieron a mantener la estabilidad de un gobierno cuyo liderazgo a pesar de sus logros no supo dar una imagen de estabilidad y solvencia. Algunos de esos cuadros ya alejados de Perú Posible como Carlos Bruce y Juan Sheput resultan altamente atractivos tanto por sus propias cualidades como por la imagen que PPK pretendería presentar en la campaña de 2016. Otros muchos que lograron ubicarse con el actual gobierno ya empiezan a saltar a la mazamorra de PPK.
Es obvio que quien fue primer ministro de Alejandro Toledo se sentirá cómodo de trabajar junto a personajes como Bruce y Sheput que personifican lo mejor que el toledismo pudo ofrecer a nivel político, pero además eso legitima a otros cuadros afines a Perú Posible en el pasado, pronto pueden aparecer como cercanos al Instituto País y al plan de gobierno de Peruanos por el Kambio dentro de pocos días para así terminar de desgranar de una vez por todas la oferta de la chakana.
Acto III El romance con el vargasllosismo Para terminar de liquidar las posibilidades de Perú Posible, a PPK le faltaría solo convocar al núcleo duro de la derecha vargasllosiana que tan esquiva fue con él durante la campaña de 2011 prefiriendo a Alejandro Toledo aun cuando todas las posibilidades se le veían en contra. Claramente a ello estarían apuntando las rumoreadas conversaciones con Beatriz Merino, puede no ser ella quien lo asuma, pero casi podemos apostar que un alfil del cogollo vargasllosiano aparecerá bien en las vicepresidencias o bien en bien en las listas congresales.
Acto IV Amistades peligrosas Huérfana de un candidato propio la izquierda empieza o al menos los más lucidos dentro de esta se dan cuenta que si no quieren que Alan García asuma su tercer mandato y menos todavía el retorno de un fujimorismo recargado, el gringo resulta la mejor opción para apostar en una eventual segunda vuelta sea frente a Keiko Fujimori o Alan García Pérez. PPK por su lado no es nada estúpido y sabe que el voto de la izquierda así como sus recursos nada despreciables pueden acabar valiéndole el paso a la segunda vuelta e incluso sumados a los votos de la derecha vargasllosista, podrían facilitarle la victoria, de ahí sus coqueteos del todo explícitos hacía las izquierdas caviares y radicales de los últimos meses.
Reflexión de cierre Visto que el gran adversario es sin duda alguna el fujimorismo casi seguro en la segunda vuelta electoral de 20156 según todas las encuestas, la estrategia de PPK de congregar a todos los adversarios del fujimorismo es sin duda la más obvia, pero también se antoja como innecesaria en vista que son apoyos que confluirán de todas maneras en el transcurso de la campaña dado que tanto antiapristas como antifujimoristas confluirán necesariamente en quien pueda exorcizar a sus demonios particulares lejos, muy lejos del palacio de gobierno. Pactando desde ahora PPK genera compromisos innecesarios como el colocarse a la sombra del oficialismo o el reciclaje de cuadros de reconocida trayectoria o simplemente mediáticos (caso Ciro) de dudosa lealtad que no asegurarían la cohesión de la bancada en el caso de una derrota ni la gobernabilidad del país en un escenario de triunfo.
Lo que ocurre con PPK y su partido solo puede entenderse como un capítulo más de la crisis de las organizaciones políticas en el Perú. Simplemente tenemos exceso de partidos y una onerosa escasez de cuadros que permite que estos puedan transitar libremente entre organizaciones como si de fichajes futbolísticos se tratara.
A diferencia de Alejandro Toledo en su mejor momento, Pedro Pablo Kuczynski no es un liderazgo que ofrezca garantía de continuidad y retorno al poder en un escenario futuro, armar una lista con retazos de otras tiendas, puede cumplimentar la necesidad de operadores politicos en campaña, pero no es augurio de fortaleza en ninguno de los posibles escenarios que una victoria electoral podría presentar.