"Con la vara que mides, serás medido"

No es que me considere un demócrata, usualmente no lo hago. Soy de la opinión que la mejor forma de gobierno es el no gobierno y siendo que esto es esencialmente imposible, la democracia es un mal menor preferible ante el peligro de otras formas de gobierno como la dictadura y el totalitarismo. Tolerancia, un bien cada día más escaso

Imagen: Definicionabc

Si vamos a vivir en libertad y democracia, es bueno recordar junto a George Orwell que: "Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír" Lo cual en buen castellano aluda a que la libertad solo es posible cuando hemos alcanzado ciertos niveles mínimos de tolerancia y que somos capaces de aceptar y convivir con las ideas de vida de los demás que a su vez aceptan las nuestras en un colectivo cuya existencia como diría Renan a propósito de la idea de nación, es un plebiscito cotidiano.

En una democracia, la tolerancia y la libertad están íntimamente ligadas, si deja de existir la tolerancia la democracia entra en coma, la libertad se convierte en una caricatura y se instaura la tiranía. Todo en un solo paquete. Por eso si hay algo importante para salvaguardar la democracia es ante todo necesario defender el principio de la tolerancia.

Lo sucedido en la sala de exposiciones de la comuna de Miraflores donde la comunidad católico-conservadora del país prácticamente se ha levantado en armas a protestar contra una exposición de arte que de acuerdo a ellos ofende los principios mismos de su religión es un caso que pone a colación los limites o mejor dicho las conveniencias de la tolerancia en nuestra sociedad.

No voy a ponerme aquí a discutir si la muestra de arte considerada sacrílega es o no es ofensiva; no soy católico y lo que puede ser o no ser ofensivo para un católico para mí resultaría inocuo y ajeno a mi comprensión. Lo que sí es cierto es que la comunidad católica se sintió ofendida y sus integrantes consideran que la muestra de arte es de mal gusto para los estándares de su creencia. Presumiblemente las comunidades homosexual, budista, afrodescendientes, bora bora los colectivos de derechos humanos y las organizaciones feministas, entre otros muchos reaccionarían igual ante muestras artísticas que despotricaran de los valores que dicen representar y sus ideas de vida. De hecho es común que algunos de estos grupos protesten apasionadamente cuando se sienten agraviados y que algunos actores de relevancia mediática asuman la vocería de sus campañas en los medios de comunicación, nada de que extrañarse. Pero y esto es algo que debemos sopesar, cuando los católicos protestan, esos mismos autoproclamados portaestandartes de la moral, la decencia y protectores de las causas justas, saltan como jauría a motejar de ultras, fachos y retrogrados a los creyentes y a la par desacreditar su legitimo derecho a la protesta.

Si la muestra en cuestión hubiese sido realizada en un espacio privado, pues vaya y pase, nadie tiene el derecho de obligar a nadie como pensar y a manifestar un respeto que no siente, siempre y cuando se exprese dentro de los espacios apropiados y no caiga en la provocación deliberada. Si no te gustan los católicos, te ríes de ellos a sus espaldas y hasta en sus propias caras, ten la decencia moral de no usar ni un céntimo de su dinero para hacerlo, si lo haces con su plata, pues pagaras las consecuencias y ellos tendrán todo el derecho de protestar contra tu obra y presionar todo lo que puedan presionar contra tus manifestaciones artísticas o profesionales al igual que lo haría cualquier otro colectivo que se sienta aludido. La incidencia política es una maravillosa herramienta, pero que curioso, todos pueden hacer uso de ella así que no pongas el grito en el cielo y no te quejes. Más bien múdate con tu música a otra parte, pero por favor, no utilices fondos públicos que deben por su naturaleza dedicarse un mayor entendimiento entre los diferentes actores sociales, para promover una agenda particular de confrontación.

Como ya antes vimos en CatarsisyHarakiri, las autoridades de la municipalidad de Miraflores han cometido serios errores en la gestión de su galería de arte dando espacio a obras que pueden interpretarse como ataques al Estado, las fuerzas armadas y ahora la iglesia. A mí me basta con no acudir a dichas exposiciones y buscar algo más acorde con mis preferencias artísticas, pero es obvio que un grueso sector de la ciudadanía se ha sentido arbitrariamente ofendidos y como se trata de una galería sustentada por fondos públicos, pues no hay de qué quejarse.

Iván Budinich Castro ivanbudinich@yahoo.com @ibucas