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Túnez ultima este sábado los preparativos para las primeras elecciones presidenciales desde la revolución de 2011, en las que Beji Caid Esebsi, de 87 años, parte como favorito después de que su partido ganara a los islamistas en las legislativas.
El primer ministro tunecino, Mehdi Jomaa, un independiente encargado a principios de este año de sacar a Túnez de una profunda crisis política y de organizar las elecciones, dijo este sábado que tiene "mucha confianza" y considera que estos comicios presidenciales son "una esperanza" para la región, pese a que casi todos los países de la denominada 'Primavera Árabe' se hundieron en la represión o el caos.
Unos 5, 3 millones de electores están llamados a votar de 08H00 a 18H00 (07H00-17H00 GMT) el domingo en estos comicios que deben dar a Túnez instituciones electas perennes, una excepción en la región.
En total, 27 personalidades se enfrentarán: el presidente saliente, Moncef Marzouki; ministros del régimen del presidente destituido, Zine el Abidine Ben Alí; un líder de la izquierda, Hama Hamami; el riquísimo hombre de negocios Slim Riahi, así como una magistrada, Kalthoum Kannou, la única mujer candidata, entre otros. Cinco de los candidatos abandonaron durante la campaña, pero siguen inscritos en las papeletas de votación.
El partido islamista Ennahda, en el poder desde fines de 2011 hasta comienzos de 2014 y segundo en las elecciones legislativas de octubre, no presentó candidato y decidió "dejar a sus miembros y partidarios hacer su propia elección".
- Primera elección presidencial libre -
Es la primera vez que los tunecinos podrán elegir libremente al jefe del Estado. Desde su independencia en 1956 hasta la revolución de 2011, el país sólo conoció dos presidentes. El primero fue Habib Bourguiba, derrocado el 7 de noviembre de 1987 por un golpe de Estado de su primer ministro, Ben Alí. Y el segundo fue este último, quien ocupó el Palacio de Cartago hasta que se fugó a Arabia Saudí, el 14 de enero de 2011.
Caid Esebsi, primer ministro en 2011, favorito de estos comicios a pesar de su avanzada edad, basó su campaña en la restauración del "prestigio del Estado". El país atravesó numerosas crisis desde la revolución, incluyendo el fortalecimiento de los grupos 'yihadistas', los asesinatos de dos opositores a Ennahda y serias dificultades económicas.
Su victoria facilitaría la tarea de su partido con miras a la formación de un gobierno de coalición. La victoria del partido laico Nidaa Tounes en las legislativas de octubre fue clara, pero insuficiente para formar una mayoría.
Aunque la nueva Constitución sólo otorga prerrogativas limitadas al presidente, la elección por sufragio universal le da un importante peso político. Por otra parte, dispone de un derecho de disolución si los políticos no logran formar una mayoría.
El presidente saliente, otro peso pesado, recorrió el país presentándose como el único candidato capaz de impedir una "contrarrevolución", pues el partido de Caid Esebsi incluye a antiguos partidarios del régimen de Ben Alí.
Por otra parte, las autoridades se encuentran en estado de alerta por temor a ataques 'yihadistas' durante los comicios. Unos 50 locales de votación sólo estarán abiertos durante cinco horas, en lugar de diez, en las zonas cercanas a Argelia donde hay grupos armados activos. Decenas de miles de policías y de militares serán desplegados para garantizar la seguridad de las elecciones.