Voy a contarle una historia de la vida real, me ocurrió en mi niñez:

Mi madre solía bordar como un pasatiempo, con mucha paciencia hacía hermosas obras en tela de distintas clases y los bordados eran también de distintas clases y figuras; me impresionaron en forma especial los llamados “punto cruz”, entrelazando puntadas a modo de “X” de distintos colores daba forma a siluetas, paisajes, flores, aves y todo lo imaginable.

Cuando ella se cansaba dejaba el trabajo sobre la silla o sobre su cama, entonces yo lo tomaba y lo observaba con más detenimiento, me encantaba darle una vuelta tras otra para mirar cómo por un lado se iba formando una hermosa figura mientras por el otro era algo horrible.

Más adelante he encontrado la similitud, muchas veces en nuestra vida apreciamos desde aquí abajo (no físicamente, sino en lo espiritual) y la vemos pobre, triste, miserable, llena de conflictos y problemas al parecer sin solución; son los hilos del bordado visto por el revés, desde abajo.

Pero ignoramos lo que Dios está confeccionando hacia arriba, lo hermoso que está elaborando con nuestra vida

Pero ignoRamos lo que Dios está confeccionando hacia arriba, lo hermoso que está elaborando con nuestra vida, muchas veces hemos manifestado nuestra disposición a ponernos en Sus manos, pero cuando vemos lo que nos parece feo se lo reprochamos e incluso renegamos de Él ignorando cómo nos tiene en Su poder y cómo maniobra con nosotros y con nuestras vidas has que por fin quede a la vista el hermoso resultado.

Es cuestión de fe, de confianza en Su infinito poder y Su misericordia, es cuestión de no olvidar que estamos hechos a Su imagen y semejanza, que Su esencia divina está en nosotros pero que, siendo humanos perfectibles, Él nos va perfeccionando a la medida que somos capaces de asimilar.

(Las imágenes han sido obtenidas de INTERNET por lo que se presume sean de libre disposición)