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Criadores de cerdos sufren por bajas ventas. Se quejan de que la desinformación respecto al origen de la mal llamada ‘gripe porcina’ ocasionó sus pérdidas. Granjeros y carniceros tienen mercadería ‘congelada’
Jean Polo M.
Desde que inició su negocio con una bien cebada chancha y cinco glotones críos, allá por la década del 60, a don Andrés Camino nunca le había ido tan mal en sus ventas. Y es que el anciano propietario–ahora de 500 cabezas de ganado porcino– ve con preocupación la poca demanda que por estos días tienen en Ventanilla sus queridos animales ante la nueva influenza que asola el mundo.
“Todo empezó con la gripe. Cuando la gente comenzó a desconfiar de la carne de cerdo. Y empeoramos cuando algunos medios sacaban titulares alarmistas y falsos de esta enfermedad”, protesta don Andrés y razones, al parecer, no le faltan.
Según el criador, antes vendía una camada (30 cerdos) por semana: hoy los dedos de las manos bastarían para contar los despachados en siete días. “Tengo cerdos que ya superaron el peso para la venta (entre 70 y 80 kilos) y por esta razón ya no los quieren en los camales. Mientras tanto tengo que seguir alimentándolos y eso representa un costo”, confiesa el productor, quien espera que acabe pronto este problema.
Como él, Freddy Lock, dueño de más de 800 cerdos en el Parque Porcino de Ventanilla, sabe que de continuar así “representaría el inminente cierre del negocio”.
GRANJA DEL CHINO
Freddy Lock o el ‘Chino Lock’, como lo conocen sus amigos, dirige su granja desde 1988. Es ingeniero de Industrias Alimentarias y sabe que las cifras no perdonan en estos casos, pues son exactas. “Estamos heridos porque no hay liquidez. La carne sigue congelándose en los camales y hasta que no se venda, los carniceros optan por no comprarnos más”, expresa Feddy Lock, quien asegura que incluso hay granjeros con mercadería congelada a cero grados, al igual que su inversión.
“Mantener un cerdo cuesta. Hay que pagar mano de obra, infraestructura, genética (reproducción), salud y sobre todo alimentación”.
“No se logra entender, si esta influenza es de tipo humana y se sabe que tampoco reside en el animal, ¿por qué han alarmado a la población obligándola a desconfiar de su consumo?”, comenta preocupado el criador mientras señala una tierna escena durante el recorrido a su granja: tumbada en el piso, una cerda está junto a una decena de rosados críos que se pelean por el ‘néctar’ de mamá.
VENTA EN MERCADOS
En el mercado Lobatón, uno de los más grandes de Lince, el “¿qué le despacho, casera?” se escucha cada vez menos en el surtido puesto de Atilio Olivares. Contrariado por el fuerte revés que ha sufrido durante la última semana, el comerciante se ha visto obligado a bajar el precio de sus productos y no duda en dejar de vender carne de cerdo por otras de mayor aceptación si la crisis continúa. “Antes vendíamos a 13 soles el kilo de chancho, ahora está a 9 y 10 soles pues la gente lleva menos”, refiere el comerciante.
Las piernas, chuletas, pulpa y patitas del rechoncho animal parecen pasar inadvertidas para los clientes que por estos días “son pocos”, según el vendedor. Frente a su puesto, su sobrina Sandy vende salchichas, jamón y relleno. Mientras bromea con algunos comentarios de la clientela, confiesa que “la gente duda al inicio pero luego se anima”. “¿Quién dejaría de comer un buen guiso de chuleta, un jugoso chicharrón, unos chorizos a la parrilla o un rico adobo?”, lanza el reto Sandy y, claro, ¿quién se atrevería?
LA RUTA DEL CHICHARRÓN
Para llegar a la chicharronería de Paul Ponce, en San Miguel, solo bastaría con cerrar los ojos y dejarse llevar por los olores que despide la exquisita carne de cerdo cuando se dora a más de 100 grados de temperatura. Pero si antes trozaba cerca de 200 kilos de crocante chicharrón para el desayuno dominguero de los fieles parroquianos, ahora solo llega a la mitad. “La gente sigue viniendo pero muchos desayunan sándwiches, tortas y jugos. Nada de cerdo por ahora, comentan y no nos queda otra cosa que ofrecerles lo que piden”, confiesa el comerciante.
"Mientras los medios continúen llamando erróneamente ‘gripe porcina’ a la influenza AH1N1, esta crisis no cesará”
“Si ciertos medios hubieran medido las consecuencias antes de difundir mala información a la ligera, no estaríamos lamentando esta difícil situación. El problema se agrava cuando tienes mano de obra y te ves obligado a prescindir de ella por cuestiones de pérdidas. Para los pequeños empresarios como nosotros, este negocio terminará siendo familiar y mucha gente se quedará sin trabajo”, lamenta Paul Ponce y su pronóstico tiene mucho de verdad.
FUTURO INCIERTO
La cadena de crianza y venta de ganado porcino ha sido severamente perjudicada y peligra con decaer aún más si la errónea denominación de la gripe AH1N1 sigue propagándose en los medios de comunicación, como bien lo menciona la representante de los porcicultores peruanos.
Prósperos empresarios, gente que ha comenzado desde abajo, temen por su inversión y no avizoran un futuro claro respecto a la comercialización de sus animales.
Lo que brotó como una simple especulación o creencia entre los responsables del ‘sobrealarmismo’ generado, hoy se extiende como fatal epidemia para los inocentes protagonistas de esta historia.
Cifras
3 millones de cabezas de ganado porcino produce el Perú al año.
115 mil toneladas de carne porcina producen las granjas. 80 mil son de criadores domésticos.
10 mil cerdos dejaron de venderse en últimos 30 días debido al temor de consumidores.
Reacciones
"Estamos haciendo campañas con la Asociación Peruana de Porcicultores (APP), a fin de normalizar las ventas de carne de cerdo”.
Carlos Leyton Muñoz
MINISTRO DE AGRICULTURA
"Mientras los medios continúen llamando erróneamente ‘gripe porcina’ a la influenza AH1N1, esta crisis no cesará”.
Ana María Trelles
Gerente GENERAL DE APP
Control médico asegurado
Según Roberto Acosta, representante del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), al cerdo sólo lo ataca una enfermedad: la ‘Cólera Porcina’ y para evitarlo es vacunado cuando nace. “Si hubiera algún brote de epidemia en el Perú, reportamos a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Actualmente no existe tal virus en el país”, refirió Acosta.
Percy Lezama, médico veterinario de Frigorífico La Colonial, aseguró que “se debe orientar y educar a la gente, pues en ningún momento se le puede involucrar al cerdo en el contagio del virus AH1N1”. Según el médico, la desinformación está causando que los criadores sean los más perjudicados, pues hay un estancamiento en la parte final de la cadena de producción: la venta de carne en los camales. (Edición impresa La República)