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Víctimas del brutal régimen de Jean-Claude 'Baby Doc' Duvalier en Haití advirtieron el domingo que mantendrán sus demandas por crímenes contra la humanidad, en medio de la indiferencia de la mayoría del país ante la súbita muerte del dictador.
'Baby Doc', quien ejerció con mano de hierro el poder en este empobrecido país del Caribe entre 1971 y 1986, murió el sábado de un ataque al corazón a los 63 años.
Después de que se anunciara su muerte, una de sus demandantes, Nicole Magloire, prometió "no rendirse".
Unas 30.000 personas murieron durante su régimen y el de su despiadado padre, Francois "Papa Doc" Duvalier, aseguran activistas de derechos humanos.
'Baby Doc', quien regresó a Haití en 2011 tras 25 años en el exilio, enfrentaba acusaciones de crímenes contra la humanidad, torturas a sus opositores y malversación de fondos públicos.
La muerte de Jean-Claude Duvalier "no pone fin a las demandas contra el mayor responsable de las graves violaciones de los derechos humanos cometidas durante el régimen de los Duvalier", afirmó la organización Abogados sin Fronteras de Canadá, el más importante aliado de un grupo haitiano contra la impunidad y que representa a la mayoría de las víctimas en la demanda contra Duvalier y sus colaboradores.
"Más que nunca, el derecho a la justicia y a la reparación de las víctimas debe ser totalmente respetado y ejercido", sostuvo la organización.
El Center for Analysis and Research on Human Rights (Centro de Análisis e Investigación sobre Derechos Humanos) dijo que la muerte de Duvalier "de ninguna manera impide la continuación de los procesos judiciales contra él y su régimen".
De su lado, la representante del Secretario general de Naciones Unidas en Haití, Sandra Honoré, llamó a romper el ciclo de la impunidad en Haití.
"Mis pensamientos están en este momento con el pueblo haitiano. El regreso del expresidente en 2011 ofrecía al país una oportunidad de tomar plenamente en cuenta la memoria dolorosa de su pasado reciente (...). Este proceso debe seguir".
- Silencio e indiferencia -
Pero al margen de los grupos que representan a las víctimas, la reacción más extendida entre los haitianos ante la muerte del exdictador es el silencio y la indiferencia.
Hasta ahora no ha habido manifestaciones en la capital, ni siquiera ante la residencia del exdictador. Y en la morgue privada a la que se trasladó el cuerpo solo había dos policías de guardia.
El presidente Michel Martelly se limitó la víspera a hacer una declaración sumaria en la que llamó a sus compatriotas a "saludar la partida de un auténtico hijo de Haití, al margen de las querellas y las divergencias".
Aún no se ha fijado una fecha para el funeral.
"Es un expresidente. Tiene el derecho a un funeral especial", arguyó el excoronel del Ejército Abel Jérôme, quien sirvió bajo el régimen de los Duvalier. Aseguró además que la muerte de los Duvalier no sería el fin de "la ideología Duvalier".
A pesar de afirmar eso, no cree que Nicolas Duvalier, el hijo mayor del expresidente, tome las riendas del Partido de la Unidad Nacional, que Jean-Claude se prestó a reconstituir tras su regreso en 2011: "No se expresa siquiera en creole" haitiano, la lengua de Haití derivada del francés.
La vieja guardia duvalierista esperaba que "Baby Doc" pudiera aguar la fiesta en un país agitado por manifestaciones antigubernamentales y donde la oposición exige la puesta en marcha de un consejo electoral menos sometido al presidente Martelly.