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El filósofo Nietzsche, una de las mentes más lúcidas de la filosofía en Occidente, atacó el racionalismo y reivindicó la furia de la vida, pretendía hacer de la vida lo Absoluto más allá de las creencias religiosas y las prohibiciones habituales. Siguiendo la estela del norteamericano Raymond Moody, y también más allá de las creencias religiosas que prometen la gloria eterna, el cardiólogo holandés Pim Van Lommel ha estudiado la posibilidad de que haya algún tipo de vida tras la muerte, y lo ha hecho tras su experiencia con personas que han padecido muerte clínica y que han regresado a este mundo. Son experiencias cercanas a la muerte, interesantes si están hechas con rigor y carecen de exhibicionismo, Estima el científico holandés que la muerte es solo un cambio de conciencia, una transición, porque morimos en una dimensión para pasar a otras dimensiones, se trata de un fenómeno explicable con las leyes de la física cuántica. Suele decirse que las visiones que tienen las personas en la muerte clínica son producto de la falta de oxígeno en el cerebro pero Van Lommel se opone radicalmente a esta interpretación. Esas experiencias recurrentes en las que confluyen tiempo pasado, presente y futuro en sensación de unidad, coinciden con los relatos de la mística y las visiones de profetas, gurús y santos desde hace siglos. Los niños hablan de que han visto ángeles, los ateos hablan de "energía" y los creyentes citan a Dios. Van Lommel se declara no creyente, y estima que esas voces, esas luces, esa revisión de la vida pasada indican algo más. Raymond Moody, el norteamericano autor del libro Vida después de la vida , tras el estudio de 150 personas que habían estado en muerte clínica, concluyó que hay 9 experiencias comunes en estas personas: 1) sonidos audibles, zumbidos; 2) sensación de paz, sin dolor; 3) sensación de salir fuera del cuerpo; 4) sensación de viajar por un túnel; 5) sensación de ascensión al cielo; 6) ver personas ya fallecidas; 7) encontrarse con un ser luminoso; 8) tener una revisión de su vida; 9) rechazo de la idea de volver a la vida. Hasta ahora la mecánica cuántica demuestra que la luz consta de partículas que al mismo tiempo son ondas y nuestra conciencia las retransmite. Así que desde los gurús a los físicos cuánticos, cuando asumes la transición de la muerte sin miedo experimentas un anticipo de esa sensación de plenitud. Quienes han vivido una experiencia de muerte clínica y han regresado hablan de luces, voces, rememoración de su vida, pero no lo suelen mencionar. El ser humano, que domina tantas tecnologías, se sigue negando a que la muerte suponga la total extinción. De ahí que proliferen los gurús y los médiums que en los platós de TV supuestamente hablan con los muertos. ¿Entonces aceptamos la vieja idea de que somos cuerpo y alma, y el alma de alguna manera subsiste?
Ilustración: La vida sigue, afirma Van Lommel.