Los hinchas de Universitario de deportes viven por estos días una de sus más feroces guerras y no es precisamente con sus pares del otro equipo más popular del país incaico (Alianza lima), sino con la policía peruana, y es que estas "autoridades" conociendo el fanatismo de estas barras cedieron, de manera irresponsable, banderolas y estandartes incautados en la casa de un hincha crema a los barristas aliancistas que ahora las exhiben cual trofeos de guerra provocando una violencia que de por sí ya estaba bastante pronunciada.

Violencia y deporte en la actualidad es una simbiosis difícil de disolver y es algo con lo que ya nos hemos acostumbrado a vivir, pero es imposible no crispar tus nervios al saber que precisamente los encargados de imponer el orden sean los que lejos de trabajar en menguar el fuego de la violencia sean los que aviven la llama con actitudes que dejan mucho que desear, actitudes que ahora los a puesto contra la espada y la pared o mejor dicho los a puesto contra los barristas de Universitario, los de Alianza Lima y por si fuera poco, también contra la prensa y la presión social. A los que simplemente nos gusta disfrutar de un espectáculo deportivo lejos de violencia e inseguridades, actitudes como estas nos alejan de los estadios al punto que no se puede concebir la idea de asistir en compañía de tus hijos por ejemplo y tener la certeza de que podrás regresar a casa por lo menos sin sustos por decir lo menos.

Ahora trasciende cual secreto a voces que los barristas de Universitario planean un ingreso violento al barrio de Matute

Ahora trasciende cual secreto a voces que los barristas de Universitario planean un ingreso violento al barrio de Matute (Reducto Aliancista), con el único objetivo de recuperar sus pertenencias, si esto llega a suceder con seguridad estaremos presenciando una batalla campal que dejará muchos daños personales y materiales. Ojala la sangre no llegue al río, ojala los que la originaron puedan redimirse y encontrar solución a este tormentoso problema social, ojala llegue el día en que emulemos a hinchas del viejo mundo y podamos ir todos juntos al mismo estadio en un mismo partido mezclados como lo que somos: ¡Hermanos!, donde lo único que nos diferencia es la simpatía por uno u otro equipo, Ojala estos "hinchas" algún día entiendan que el fútbol es un deporte para disfrutar y no una justificación para hacerse el macho y adoptar actitudes violentas en grupo, y hay que resaltar la palabra "grupo" porque de forma individual estos mismos andan por las calles como dóciles palomas. El fútbol peruano esta ya demasiado golpeado, incluso se avecina una huelga de jugadores, como para seguir atacándolo en su agonía con hechos de este tipo.