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Wolfgang Schauble, ministro alemán de Finanzas, que tiene un papel clave en la negociación griega, es un respetado veterano de la política y un proeuropeo, pero inflexible con los compromisos, y últimamente exasperado con Grecia.
A los 72 años, el decano del gobierno conservador de Angela Merkel se ha forjado una sólida reputación al dirigir desde 2010, con la canciller, la política de Alemania en plena crisis.
Ha sido descrito como "despiadado" en la gestión de las finanzas públicas alemanas y la misma intransigencia aplica a los países socios, imponiendo estrictas condiciones a las ayudas, de las que Berlín es el primer contribuyente.
Sin duda, ha conseguido mantener la integridad de la zona euro, logrando por ello alabanzas, pero también no pocas enemistades.
Obstinado y belicoso, ya había suscitado en 2012 la cólera de Atenas por sus 'mofas' sobre el calendario electoral griego. Su biógrafo Peter Schütz habla así de este artífice de la reunificación alemana: es el hombre "más directo" que conoce y no siempre "el más encantador".
Pero su inédita longevidad política -ha sido cinco veces ministro, la primera de ellas en 1984, y está en el Bundestag desde hace más de 40 años-, así como golpes del destino -se desplaza en silla de ruedas, tras la agresión de un desequilibrado de la que fue víctima en 1990-, le han creado un caparazón.
Contrariamente a la imagen que tiene en el exterior, Wolfgang Schauble es considerado en su país como "amigo de los griegos". Sin él, los conservadores serían sin duda menos clementes con Atenas, se explica en su entorno.
- Colmo de la exasperación -
Sin embargo, en estas últimas semanas, en un contexto de enfrentamiento frontal con el nuevo gobierno griego de izquierda radical, Schauble parece haber llegado al colmo de la exasperación.
Caricaturizado por un diario griego como soldado nazi, el ministro alemán no ha aceptado estos "insultos" procedentes de Grecia y ha denunciado la "incorrección" de su nuevo homólogo griego, Yanis Varoufakis. Una fuente europea habla de un Schauble "indignado" por las salidas de tono de su colega heleno.
El jueves, rechazó secamente la demanda griega de una extensión de la ayuda internacional, alegando que "no cumple con los criterios" de la zona euro. Con ello, hizo más tangible el riesgo del "Grexit", la salida de Grecia de la zona euro, que asegura no obstante no desear.
Nacido en 1942 en Friburg-en-Brisgau, cerca de la frontera francesa, es una de las raras personalidades alemanas en haber conocido la guerra, aún como niño. Ello, sin duda, forjó su convicción europea y sus sueños de una Europa federal. Pero, como recordaba él mismo esta semana, esa Europa solo se puede construir sobre "la confianza mutua".
La carrera política de Wolfgang Schäuble es sin embargo una larga historia de confianza traicionada. Primero por su mentor, Helmut Kohl, al que finalmente nunca sucedería. Luego, su nombre figuró como candidato a la presidencia de la República, pero Angela Merkel prefirió a otro. Pero nada de ello ha mermado su lealtad, primero hacia Helmut Kohl, ahora hacia Angela Merkel. Su biógrafo Peter Schütz ve en esta fidelidad sin fisuras el rasgo característico del "hombre de deber protestante" que es Wolfgang Schäuble, profundamente creyente y muy activo en la Iglesia.