Y el bosque se defendió I

El hombre estaba perdido en la selva, había sobrevivido al accidente aéreo de la pequeña avioneta de reconocimiento que llevaba 3 ocupantes más y el piloto que resultaron muertos. Trataba de encontrar un rio, era la tercera noche que pasaba en la selva, estaba deshidratado, famélico pero con un desesperado deseo de sobrevivir. La noche tenía una hermosa luna con cielo despejado, pues esa noche no llovería. El sobreviviente se había preparado para pasar la noche juntando ramas y hojas pero una manada de cerdos salvajes lo obligaron a dejar su guarida y huir antes de refugiarse en ella. El hombre en su huida llegó a un lugar en el cual había inmensas piedras y árboles apostados estratégicamente en el lugar. El hombre entró en un agujero entre las rocas, y sintió un fétido hedor de carne en descomposición, pero el cansancio lo sumió en sueño hasta la mañana siguiente.

Al despertar se dio cuenta que sus heridas tenían gusanos, estaba agotado y enfermo pero atinó a curarse con hojas y su orina, pero tenía muy alta la temperatura y se desmayó. Soñó que unos árboles se le acercaban, curaban sus heridas y le daban de comer dulces y ácidos frutos. Luego de unos días se recuperó y al despertar vio que los árboles estaban alrededor suyo y parecían observarlo, al ver sus heridas entendió que se habían curado y no había más gusanos solo costras color miel que era savia de árbol. En su desconcierto oyó que uno de estos le dijo:

No nos temas nosotros nacimos hombre como tú, durante mi crecimiento la piel se tornó dura como madera, mi rostro, mis pies se convirtieron en raíces y mis brazos en ramas. Nuestra metamorfosis no está completa aún y necesitamos alimentarnos cada cierto tiempo. Nosotros te salvamos la vida ahora tú estás en deuda con nosotros los hombres árbol, solo te pedimos que nos des agua y nos alimentes cada 3 noches, no es mucho pedir.

El hombre sintió terror al confirmar que la voz provenía de un viejo y extraño árbol, quedó paralizado sin saber qué hacer. La voz prosiguió:

Dime ¿pagarás tu deuda con nosotros?

Hombre: Yo no soy de aquí, vine a esta selva a hacer un reconocimiento aéreo para extraer gas, pero la avioneta se estrelló, mis compañeros murieron solo quiero volver a casa.

Árbol: Entonces tienes doble deuda con nosotros.

Hombre: Lo siento no puedo hacerlo, tengo volver a casa, dime donde hay un rio o un poblado.

Árbol : Hay un poblado a un mes de viaje hacia el este, para un hombre serán tres días pero es inútil tu destino es quedarte aquí con nosotros no puedes regresar a la ciudad dado que……

Hombre: ¡Silencio!, gracias por curarme pero tengo que irme no pertenezco aquí

El hombre salió raudo del lugar y empezó a correr hacia el este en busca del poblado. Al llegar la tercera noche el hombre vio luces de fogatas, y calló exhausto, tuvo su sueño recurrente en el cual trepaba un árbol para salvarse de una gran avalancha de barro y bosque. Al despertar vio que se hallaba en una pequeñísima choza, al salir de esta advirtió que en el suelo habían frutas y semillas sobre hojas, también un viejo plato con agua, que bebió en el acto. Se percató que su choza se encontraba a las afueras de la aldea, cogió unos frutos y se dirigió a la aldea comiéndolos. Al verlo unos niños salieron despavoridos gritando de terror, el hombre les pidió calma con exagerados gestos con los brazos y se señalándose el y mismo y el cielo tratando de explicar su proveniencia, sin dejar de avanzar. Salieron varios nativos hombres e hicieron gestos al sobreviviente para que se detenga con breves gritos en su dialecto. El hombre se detuvo y alegró al ver las camisetas nuevas de futbol que algunos aldeanos usaban signo de cercana civilización. Detrás de los nativos salieron corriendo dos hombres occidentales de la compañía petrolera saludándolo, el sobreviviente calló de rodillas cubierto de lágrimas y grandes sollozos.

Estos se acercaron y el sobreviviente los abrazó con desesperación por sentir calor humano, estos le correspondieron emocionados.

Rescatista: Es un milagro que estés vivo, aun no hayamos los restos de la avioneta, vamos a tu choza.

Hombre: ¿Por qué los aldeanos no quieren que entre a su aldea?

Rescatista: Dicen que estuviste con hombres árbol y si entras a la aldea la contagiaras pues según ellos tú te convertirás en una especie de árbol humanoide.

El hombre calló en shock sobre sus rodillas y empezó a sudar pálido con el rostro lleno de terror, los rescatistas lo ayudaron a levantarse y al verle la expresión se contagiaron de su pavor.

Rescatista 2: Yo sueño a veces que voy a un bosque a hacer un pacto satánico pero cuando aparece un astuto demonio entro en pánico y huyo el me alcanza y me convierto en árbol quedo paralizado sin poder moverme pese a los desesperados intentos hasta que despierto angustiado.

Sobreviviente: Esto es un mal sueño no puede estar ocurriendo realmente, mi pesadilla recurrente es que trepo un árbol para librarme de una avalancha de barro y bosque, pero esta me alcanza y despierto ahogándome.

Rescatista 1: Amigo no es un sueño solo son un par de coincidencias, el resto son leyendas tribales. Mi sueño recurrente si así se le llama trata de que soy un escultor y que mi escultura me pregunta si accedo a liberarlo, luego de mi afirmación este se abalanza sobre mí y me absorbe dentro de ella, me siento atrapado asfixiándome dentro del mármol transparente y puedo ver personas que me ven impresionadas en el exterior de la cantera. Eso no tiene que ver con árboles ergo no es tanta coincidencia, voy a avisar que te encontramos, en unas horas vendrá un helicóptero a recogerte.

El sobreviviente seguía en shock pero detuvo la llamada de radio:

Espera eso que dicen los aldeanos es cierto pensé que fue una alucinación por mis heridas, pero estas formaron estas costras, unos árboles me curaron y me pidieron que a cambio los alimente, pero salí huyendo del lugar. Quizá tienen razón los aldeanos y debería estar en cuarentena antes de causar un contagio en la ciudad. Perdónenme pero ustedes dos también.

Rescatista 1: Amigo no es para tanto, los doctores determinarán lo más adecuado, ahora tengo que avisar que lo encontramos, le inyectare un poco de morfina en tanto llega el helicóptero.

El sobreviviente se quedó dormido en su covacha y en sueño vio que lo llevaban a la civilización y la peste se dispersó como esporas en el aire infectando a la población mundial que terminó por transformarse en árboles en pocos años desapareciendo casi totalmente la raza humana.

Despertó en el helicóptero bastante alegre por su destino propagador, también pensó lanzarse de la nave al bosque lo que aprendió claramente es que finalmente el bosque se defendió.

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